La Casa de los Chinos, o también conocida como La Casa Matusita, es una propiedad abandonada en medio de la terracería a unos 7 kilómetros de Cerro Grande, en la Ciudad de Chihuahua.
Se trata de una de las casas más conocidas de la localidad toda vez que la gente asegura se encuentra embrujada, y hay quienes incluso organizan grupos de caminatas sólo para explorar su interior.
Nada se sabe públicamente de los propietarios de esta edificación, y quienes han estado cerca del sitio, aseguran que el sitio es habitado por los fantasmas de una familia de origen chino, que vivieron ahí y fueron asesinados.
También se dice que la propia casa llama a los senderistas a su interior, aumentando esto el miedo y la reserva de, siquiera, caminar en terrenos cercanos a la misma.
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¿Qué pasó en La Casa de los Chinos?
A lo lejos, la edificación tiene una construcción sencilla, y debido a su deterioro, se puede adivinar que tiene décadas de abandono.
La historia sobre sus habitantes se ubica en algún punto cerca de la Revolución Mexicana, incluso algunos años antes, cuando se dio la migración china y al mismo tiempo, existió un movimiento xenófobo contra ellos en el Estado de Chihuahua.
El movimiento anti-chino llevó a la comunidad del norte a cometer muchos actos de racismo contra las poblaciones de extranjeros que se refugiaban en estas tierras.
En ese contexto, se dice que en esta casa vivía una familia de agricultores chinos, quienes permanecieron ahí hasta que en algún punto, cuando ya se había dado la revolución, fueron asaltados por las tropas, quienes les asesinaron para luego colgar sus cadáveres en los árboles de la propiedad, como advertencia a otros extranjeros.
Pero hay otra versión menos popular, que habla de que el padre de familia se volvió loco tras descubrir a su esposa con otro hombre, asesinando a toda su familia y luego quitándose la vida.
En ambos casos, el destino es el mismo, sombras que rondan la propiedad, una energía pesada y negativa que emana de su interior, y un desconocimiento total acerca de quienes alguna vez vivieron ahí.
Hasta la fecha, y pese al temor que la superstición puede despertar en las personas, este sitio es un punto frecuente de visita de los amantes de lo paranormal.
Una de las precauciones que la gente toma, es la de no acercarse tras la puesta de sol.
Se dice que al subir al punto más alto del Cerro Grande, mirando al sureste al atardecer, se podrán apreciar de repente unas banderas rojas en el horizonte, y si el espectador espera a que el sol se ponga detrás de ellas, verá un templo chino en medio del terreno montañoso.
Pero esto es una ilusión, y se supone que quienes logran este avistamiento deben bajar por el lado norte antes de que oscurezca, de lo contrario, quedan a merced de esta misteriosa visión.
Otras personas que trabajan en las tierras cercanas al sitio, comentan que han tenido experiencias sobrenaturales al estar cerca del lugar, como escuchar lamentos y gritos en la Casa de los Chinos.