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¿A dónde van los perritos rescatados del Metro? Así es el centro donde viven y los dan en adopción

El Centro de Transferencia Canina ha logrado rescatar a 490 perros de las vías del tren en sus primeros seis años de existencia. Más de 400 han sido adoptados.

El Centro de Transferencia Canina comenzó a operar en 2017Créditos: Juan Carlos García
Escrito en CDMX el

Por aberturas en las mallas ciclónicas, que separan al Sistema de Transporte Colectivo Metro del incesante flujo vehicular de las Ciudad de México, entran decenas de perritos a las vías electrificadas que se utilizan para mover un tren por la capital

Conductores, pasajeros y usuarios de redes sociales han sido testigos del momento en que estos canes caminan en medio de las vías o son alcanzados por la corriente eléctrica, antes de ser trasladados al Centro de Transferencia Caninal (CTC) del Metro, donde serán atendidos.

“Se llama ‘Vato’ porque lo encontraron en la estación ObserVATOrio”, recalcó la veterinaria Garbiela Villicaña al abrir la reja del CTC junto a un perro negro, de tamaño mediano y orejas largas que hace poco fue rescatado de las vías.

Vato, un perro rescatado de la estación Observatorio Foto: Diana Soto

Desde hace seis años cada perrito rescatado es integrado al Centro, fundado el 18 de julio 2017, con el objetivo de dar en adopción a aquellos canes que entran, de una u otra forma, en la enorme red del transporte público.

“El año pasado fueron 53, pero en total, en total, hemos rescatado 490 perros desde que iniciamos”, señaló la veterinaria, quien platica frente a una pared con el logo del Metro intervenido con una cabeza y cola de perro. 

En los primeros 6 años del CTC, agentes de Protección Civil rescataron a casi cinco centenas de perritos en las instalaciones del Metro en Ciudad de México, de los que más de 400 han encontrado un hogar tras publicarse su adopción. 

“Se rescatan  de vías porque tienen el riesgo de ser arrollados por el tren o electrocutados. Se manejan 750 volts de energía, por lo que tienen muy pocas posibilidades de sobrevivir”, explicó. 

El CTC se encuentra a 10 minutos del metro El Rosario, detrás de una puerta de metal que por un lado ve pasar un río de coches y estudiantes, pero del otro se extiende una enorme planicie de pasto, con murales de perros y una reja que divide en dos el espacio. 

El CTC se fundó el 18 de julio de 2017 Foto: Diana Soto

“Esta sirve cuando necesitamos que se conozcan. Si vemos que mueven la cola, los juntamos, pero si vemos narices arrugadas, mejor esperamos”, comentó Gabriela, quien cambió su bata quirúrgica por una playera gris con el logo del Metro tras esterilizar y bañar a una perrita recién llegada. 

Los perritos del CTC se rescatan “únicamente de vías”. Algunos “suertudos” llegan sin lesiones, pero otros se entregan quemados, electrocutados, con fracturas expuestas o, en el peor de los casos, moribundos. 

“La mayoría llegan lastimados de sus cojinetes por el tipo de material sobre el que caminan y por las largas distancias que recorren”, explicó la veterinaria, quien, de acuerdo al protocolo, debe atender las lesiones graves de los animales, bañarlos y programarlos para desparasitación y esterilización, antes de ponerlos en adopción. 

La dificultad más grande no es la titánica labor médica que deben hacer cuando, por ejemplo, les llegan tres o cuatro perros en un fin de semana. El verdadero trabajo está en hacer que los perritos recuperen la confianza para ser adoptados. 

Algunos de los rescatados reciben su primer baño en el Centro, pero otros traen collar e incluso hay casos donde los dueños reclaman a sus mascotas tras dos o tres meses de permanecer en el CTC. “Se dan cuenta hasta que los publicamos en adopción y vienen a buscarlos”, relataron las trabajadoras.

En total el CTC ha logrado dar en adopción a más de 400 perros Foto: Diana Soto

Gabriela y sus compañeras hablan de los animales como si fueran sus amigos. Recuerdan a Chucho, a Olimpio y a Elmar, tres caninos que ya no están con ellas, pero que han encontrado familias llenas de amor. 

Hoy en día, hay alrededor de 15 perritos a la espera de una familia. Al avanzar hacia la orilla del terreno, los ladridos se vuelven cada vez más intensos.

Por las amplias jaulas de metal han pasado decenas de canes. En cuanto uno se acerca, el ruido se vuelve incesante, al igual que los ojos vidriosos y el vaivén de colas ansiosas de un premio, espacio o una caricia. 

Perritos del Metro: ¿Cómo adoptarlos de forma responsable?

Para adoptar a uno de los perros debe seguirse protocolo estricto de adopción Foto: Diana Soto

El proceso de adopción consta de tres visitas, la entrega de una identificación oficial, comprobante de domicilio, un cuestionario profundo para saber si se es o no candidato para adoptar y un seguimiento de un año para la mascota. 

“Nos han llegado familias o personas solas que nos dicen: ‘quiero un perro que cuide’, ‘quiero un perro que ladre’”, señaló Villicaña. En esos casos deciden negar la adopción, pues, con los años han aprendido, que algunas personas no están listas para adoptar. 

Los recursos del CTC vienen de donaciones. A veces los voluntarios o scouts van a apoyar en dar paseos, retiro de hierba, pintada de paredes o a cargar cosas. La limpieza corre por cuenta de dos personas contratadas exclusivamente para ello. Es una labor pesada, pero todas en la sala cuentan con entusiasmo sus actividades. 

Gabriela tiene “tres, tres y tres” mascotas: tres perros, tres gatos y tres tortugas. Sus compañeras también tienen animales de compañía en casa, pero viajan todos los días a cuidar a Juan, rescatado de la estación Canal de San Juan; Tenca, de Tlaltenco; Esteban de Tepalcates; Papazote, de La Paz; Villano de Villa de Aragón; Cuco, de Aculco y otros 10 perritos más que esperan el día que los vayan a adoptar.