La Ciudad de México es la capital del país y a lo largo de su historia ha tenido más de 150 gobernantes, pero ¿te acuerdas quién fue el último regente del entonces Distrito Federal? Te contamos.
El origen de la Ciudad de México se remonta a la antigua México - Tenochtitlán, pero fue hasta 1824 con la proclamación de la Primera República Federal cuando el Congreso decidió crear un Distrito Federal que fuera capaz de albergar a los tres poderes de la unión, es decir, al poder ejecutivo, legislativo y judicial.
De esta forma, se creó una entidad distinta a las demás que tenía un régimen municipal. Sin embargo, este fue disuelto por el congreso en 1918 y se decidió que sería el presidente de la república quien tendría la facultad de designar a un regente, un procurador y a los delegados. Una figura que permaneció hasta 1997, cuando se creó la jefatura de gobierno que sería de elección popular.
¿Quién fue el último regente de la CDMX?
El último regente del entonces Distrito Federal fue el priista Óscar Espinosa Villarreal, quien fue designado al cargo por el presidente Ernesto Zedillo Ponce de León, y ocupó el cargo del primero de diciembre de 1994 al 4 de diciembre de 1997.
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Villarreal era militante del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y antes de llegar a la cabeza del DF fue secretario particular del gobernador del Estado de México, Alfredo Baranda García; director de Nacional Financiera y Secretario de Finanzas en la campaña de Luis Donaldo Colosio.
Aunque fue el último regente del tricolor en la capital, antes de que los chilangos pudieran elegir a sus gobernantes, Villareal continúo su carrera como secretario de Turismo hasta la llegada de Vicente Fox a la presidencia.
¿Qué fue de Óscar Espinosa Villarreal?
En el año 2000, el ex regente de la capital fue acusado de peculado y desvío de 420 millones de pesos por el gobierno de Rosario Robles, quien asumió el cargo de forma provisional tras la salida de Cuauhtémoc Cárdenas quien buscaba la presidencia del país.
Debido a este escándalo, el gobierno pidió su desafuero en la Cámara de Diputados de México y aunque este no se realizó, Villareal renunció a su cargo para enfrentar las acusaciones en juicio.
Sin embargo, para evitar una detención el priista solicitó asilo político en Nicaragua, donde fue detenido por las autoridades por 77 días en un centro de detención llamado El Chipote y luego fue internado en el Hospital de Managua, mientras sus abogados luchaban contra su extradición.
Finalmente, Villareal obtuvo un amparo, fue liberado por las autoridades nicaragüenses y una vez en México fue exonerado de todos los cargos por la Suprema Corte de Justicia de la Nación.