En medio del patio de una primaria, un profesor de Educación Física pidió a sus estudiantes que formen dos filas: una de hombres y otra de mujeres. Ari no sabía en cuál formarse.No encontraba su identidad con sus compañeros, pero tampoco con sus compañeras. Años más tarde ser reconocería como parte las infancias trans en México, un camino que de ningún modo fue sencillo.
“A mí me costó descubrirme porque no sabía cómo nombrarme ”, señaló Ari Muñoz, vicepresidentx de LGBT Right México, al relatar que como una infancia trans le hubiera gustado que la información sobre la diversidad sexual fuera más abundante durante su niñez.
En México de las 5.1 millones de personas de 15 años o más que forman parte de la comunidad LGBTI+, un 34.8 por ciento son personas trans, es decir, alrededor de un millón 774 mil 800, según la Encuesta Nacional Sobre Diversidad Sexual 2021.
Más de la mitad de la comunidad trans compartió que fue antes de los 7 años que supieron que no se identificaban con el sexo que se les asignó al nacer.
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Pese a ello, la diputada América Rangel lanzó la iniciativa en la que propone dar cárcel a aquellos profesionales de la salud que apliquen terapias hormonales o cirugías de reasignación de sexo en menores de edad. Aunque este tipo de intervenciones ni siquiera se realizan en México.
Colectivas y activistas fueron agredidas el pasado martes 21 de febrero a las afueras del Congreso de Ciudad de México por protestar en contra de la iniciativa que promueve prejuicios y discursos desinformados sobre las infancias trans.
“La iniciativa tomó un enfoque de supuesta protección hacia las infancias y las corporalidades de las infancias”, dijo Muñoz. “Este argumento está mal empleado porque se va de nuevo al aspecto biologicista, donde se piensa que las personas trans o todas las personas trans tenemos o hemos pasado por alguna intervención quirúrgica u hormonal”.
Infancias trans y el derecho a la identidad
El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF, por sus cifras en inglés) protege el derecho a la identidad de las personas trans. “Son una manifestación más de la diversidad de la naturaleza humana”, explicó.
La propia Comisión Nacional de los Derechos Humanos señala que la identidad no únicamente un proceso jurídico, sino que implica una identidad personal, de género, social y cultural que la Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes (LGDNNA) protege en México para las infancias.
En este sentido, iniciativas como la de Rangel, “sólo buscan negar nuestra identidad porque les causa mucho problema el hecho de que podamos tener acceso a los derechos básicos”, recalcó Muñoz.
Las imprecisiones en la iniciativa son tan generalizadas que se considera, de manera errónea, que “existiera esta doctrina trans que nosotros estuviéramos como tratando de implementar (en las infancias), cuando lo que es verdaderamente lo que buscamos es libertad”, puntualizó.
¿Cómo se acompaña a las infancias trans en México?
En realidad, México no realiza ni hormonación ni procesos quirúrgicos en menores.
"No hay tratamientos médicos o químicos para las infancias trans", recalcó el director General de Diversidad Sexual en Ciudad de México, Jaime Morales. "La Unidad de Atención Integral para las Personas Trans atiende a las familias, se atiende a las infancias si necesitan apoyo psicológico o necesitan algún acompañamiento para ver en la escuela si los están maltratando".
Explicó que, aunque en el Protocolo Para el Acceso Sin Discriminación a la Prestación de Servicios de Atención Médica que contempla a la comunidad LGBTIQ+ se habla del uso de bloqueadores de la pubertad, esto no es aplicado en Ciudad de México, pues el enfoque se basa en que las infancias trans puedan tener una vida libre de violencia.
"No estamos reasignando y cambiando cuerpos, estamos respetando a los jóvenes", señaló Morales. "Las personas trans que no tienen una atención psicológica o un apoyo familiar una red de apoyo amorosa y empática sufren mucho porque no se identifican con lo que nosotros vemos que son".
Además, el funcionario señaló que el respeto a las infancias es un elemento fundamental para la comunidad trans, pues como personas ya son capaces de reconocerse. "Les niñes se dan cuenta de que no están conformes con cómo se ven y cómo los tratan. De eso se trata".
Sobre la iniciativa de la legisladora panista, Jaime Morales señaló que se trata de una propuesta discriminatoria, pues "criminaliza desde el desconocimiento de la realidad generando sólo pánico social".
Prioridades para los derechos de las infancias trans
Activistas de la comunidad trans insisten en que, antes de legislar sobre iniciativas que criminalizan procedimientos inexistentes, se debería poner el foco en otros temas como el garantizar que las infancias trans puedan confirmar su género en Ciudad de México antes de los 18 años, como ocurre en estados como Jalisco, Oaxaca o Morelos, o atender la crisis de transfeminicidios que vive México.
Ari Muñoz explicó que el derecho a la identidad es catalogado como un derecho llave, pues permite el acceso a otros derechos como a la educación, la salud y hasta la vivienda.
“Si no cuentas con una identificación no puedes acceder a estos servicios y justo terminas estando en posición vulnerable”, dijo. “Ante los ojos del Estado mexicano, no existimos las poblaciones trans y entonces no hay una necesidad de crear políticas públicas para nosotrxs”.
La violencia institucional repercute en las infancias
Iniciativas como la de Rangel recaen en lo que se conoce como violencia institucional, la cual considera “los actos u omisiones de las y los servidores públicos de cualquier orden de gobierno que discriminen o tengan como fin dilatar, obstaculizar o impedir el goce y ejercicio de los derechos humanos”, de acuerdo con la Comisión Nacional de Derechos Humanos.
Esta comisión también cuenta con el documento “Los derechos de las personas transgénero, transexuales y trasvestis” donde queda asentado el reconocimiento jurídico de esta comunidad y se recalca que:
“Las personas Transgénero, Transexuales y Travestis tenemos derecho a decidir de forma libre, autónoma e informada sobre nuestro cuerpo, nuestra identidad y nuestra sexualidad”, desde la infancia hasta la tercera edad.
De la primaria en adelante, Ari no se sentía parte del binarismo de género que existe en la sociedad. En la secundaria se confirmó como una persona no binaria, pero aún había una parte con la que no conectaba.
“Con mi nombre nunca conecté”, explicó. De hecho fue hasta la mitad de la preparatoria que comenzó a pedirle a sus círculos cercanos que le llamaran con un nombre diferente.
“La verdad es que me estoy descubriendo, si me puedes empezar a hablarme con estos pronombres, si me puedes empezar a referirte a mí con este nombre, pues lo agradecería mucho”, les decía.
Aunque tuvo otros nombres, Ari fue del que más pudo apropiarse. Quería algo cortito, tierno y que terminara en i. "El nombre es la expresión de tu persona en palabras", aseguró.
El juicio de amparo para cambiar su nombre y confirmar su identidad duró año y medio. Aún tiene que tramitar algunos cambios de documentos, pero nunca se arrepentirá de su decisión, pues "es en la transición social cuando las personas ya no te piensan desde la masculinidad o la feminidad”.