Los casi 300 trenes del Metro que están en mal estado por falta de mantenimiento recibirán mantenimiento correctivo y preventivo y se prevé que estarán funcionando de manera óptima para principios de 2025.
"Pensamos que en dos años máximo tendríamos circulando los trenes en perfectas condiciones", dijo el líder del Sindicato Nacional de Trabajadores del Sistema de Transporte Colectivo, Fernando Espino.
Desde el pasado 26 de enero, técnicos especialistas del Metro presentaron ante la Secretaría de Finanzas de la CDMX la petición de los recursos necesarios para reparar 98 trenes que están parados y dar mantenimiento urgente a 198 más.
"Este programa es revisar los trenes en las 24 terminales de la red en estacionamientos, redes las vías, los aparatos de vías, equipos de seguridad, señalización, pilotaje automático", comentó.
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Detalló que el programa se presentó ante las subsecretaría de Egresos de la CDMX, quien se comprometió a entregar los recursos solicitados con urgencia, mismo que destinarán para la compra de herramientas, refacciones y otros implementos para iniciar el mantenimiento. Sin embargo, no precisó el monto requerido para este fin.
En entrevista para "Por la Mañana", el representante de los trabajadores del Metro resaltó que si recibieran los recursos de manera expedita, la reparación de los trenes les llevaría alrededor de 2 años, es decir, concluirían esta labor hasta 2025.
Desde el inicio de 2023, se reportaron distintos incidentes en el Metro, entre ellos incendio de instalaciones, humo que salía de los trenes, desprendimiento de vagones y hasta un choque entre dos trenes que causó la muerte de una persona, Yaretzi Adriana, de 18 años.
"Ya prácticamente tenemos un mes con este programa y afortunadamente hemos reducido un buen número de fallas", detalló el líder del sindicato de trabajadores del Metro.
A raíz de estos hechos, el 12 de enero, se ordenó que más de 6 mil elementos de la Guardia Nacional vigilaran las instalaciones del Metro, pues tanto el gobierno federal como de la CDMX señalaron que las fallas eran hechos inusuales, además de que insinuaron que podrían ser provocadas por los propios trabajadores, acusaciones que rechazó el propio líder sindical.