El 60 por ciento de las personas trabajadoras sexuales de la Ciudad de México fueron víctimas de violencia o discriminación por parte de servidores e instituciones públicas, como policías, y particulares, como clientes y transeúntes, de acuerdo con la Segunda Encuesta Trabajo Sexual, Derechos y No Discriminación del Consejo para Prevenir y Eliminar la Discriminación en la Ciudad de México (Copred).
No obstante, la mayoría de las personas que se dedican al trabajo sexual no denunciaron por miedo a que su agresor quede en libertad, vuelva a su zona de trabajo y las agreda o asesine, señaló la activista Natalia Lane.
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Ella fue víctima de un intento de transfeminicidio el 16 de enero pasado en un hotel de la alcaldía Benito Juárez. Su agresor, identificado como Alejandro "N", fue detenido 8 días después y lo vincularon a proceso por los delitos de feminicidio y homicidio, ambos en grado de tentativa.
Actualmente, su caso se encuentra en el proceso de investigación complementaria y la carpeta de investigación la tiene la Fiscalía Especializada para la Investigación del Delito de Feminicidio de la Ciudad de México. Este es el primer intento de transfeminicidio que investiga dicha dependencia y es la primera vez que se reconoce a una mujer transgénero como mujer.
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Instituciones públicas abandonaron a las trabajadoras sexuales durante la pandemia
Natalia Lane indicó, durante la presentación de la encuesta, que las organizaciones y colectivas desempeñan un papel importante en la atención de las personas que se dedican al trabajo sexual durante emergencias.
La pandemia de COVID-19 es un ejemplo, ya que más del 60 por ciento de las personas que se dedican al trabajo sexual recibieron algún tipo de apoyo de organizaciones y colectivas que defienden a las trabajadoras sexuales; así como de asociaciones que defienden los derechos humanos.
Mientras que el 50 por ciento reportó que no recibió ningún tipo de apoyo federal, estatal o local durante la emergencia sanitaria y sólo el 40 por ciento recibió el apoyo económico que proporcionó el gobierno de la Ciudad de México.
Rocío Suárez, integrante del Centro de Apoyo a las Identidades Trans. agregó que 6 de cada 10 personas encuestadas recibieron insumos, como condones, lubricantes y cubrebocas de forma gratuita. La mayoría fueron proporcionados por organizaciones y colectivas.
Además, mencionó que el 50 por ciento de las personas encuestadas acudió a servicios de salud privados y el 20 por ciento recurrió a la automedicación.
En este sentido, apuntó que las trabajadoras sexuales no sólo se enfrentaron a la reducción de sus ingresos, sino que tuvieron que costear sus consultas médicas.
Pandemia redujo ingresos del 90% de las trabajadoras sexuales
Suárez también destacó la importancia de reconocer el trabajo sexual como una actividad laboral. La encuesta reveló que 9 de cada 10 trabajadoras consideraron que de esa forma podrían acceder a más derechos y garantías, como prestaciones de ley y acceso a servicios de salud.
Mientras que si se criminaliza, agregó, habría pérdida de empleos, incremento de la violencia que sufren las trabajadoras, negación de acceso a servicios públicos.
La encuesta también reveló que los ingresos de más del 90 por ciento de las personas trabajadoras sexuales de la capital se redujeron a causa de la pandemia de COVID-19.
Esto se debe a que 7 de cada 10 personas que se dedican al trabajo sexual tuvieron que disminuir la cantidad de horas y de días que laboraban en la calle, señaló Rocío Suárez. Para aminorar el impacto, indicó, algunas personas empezaron a trabajar en redes sociales, como comerciantes, a vender por catálogo o se autoemplearon en otras actividades.
Asimismo, señaló que, a dos años de que inició la pandemia, los ingresos de las trabajadoras sexuales no han mejorado. La encuesta se aplicó a 217 personas; de las cuales el 54 por ciento son mujeres transgénero, 40 por ciento mujeres cisgénero, 5 por ciento hombres transgénero y 1 por ciento hombres cisgénero.