Axel González Bárcenas tiene una responsabilidad enorme sobre sus hombros: ser la persona que interpretará a Cristo en la tradicional representación de La Pasión en Iztapalapa este 2022. Y en condiciones históricas: pues le toca hacerlo este viernes 15 de abril en plena recuperación mexicana de la epidemia de COVID-19.
En entrevista con Grupo Fórmula, el joven de 22 años originario del barrio de Santa Bárbara, quien mide 1.76 centímetros, narró que es estudiante de Pedagogía, no tiene novia, le apasiona la música y está 100 por ciento dedicado al papel que desempeñará esta semana en el Viacrucis.
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"Yo me siento listo, me siento preparado, precisamente para eso. Nos esforzamos día con día desde el día 10 de enero, con el doctor Juan de la Cruz Galicia. Ha sido un proceso increíblemente bonito, he disfrutado cada momento, cada día y en los hombres voy a llevar un peso aproximado de 90 a 100 kilos", comentó.
Ese peso tendrá que llevarlo a lo largo de 3 kilómetros. Sin embargo, a él lo mueve la fe, el amor por Iztapalapa.
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"Es algo que se hace con fervor, con mucho amor, con cariño. Amo mi pueblo, amo las tradiciones de mi Iztapalapa", destacó el joven.
¿Qué requisitos le pidieron para interpretar la Pasión de Cristo de Iztapalapa?
Axel describió los puntos que le pidieron para poder personificar esta Semana Santa a la principal figura de la Iglesia Católica, los cuales fueron:
- Tener buena condición física
- Medir más de 1.75 metros
- Ser católico
- Haber realizado la primera comunión
- Estar soltero, sin compromisos ni hijos
- Mostar buena conducta y costumbres comprobables
¿Qué preparación ha tenido para personificar a Cristo?
Para lograr ser el Cristo de Iztapalapa tuvo que someterse a un entrenamiento no sólo físico sino espiritual. Fue Juan de la Cruz Galicia, su coach, quien hizo que fortaleciera todo su cuerpo primero corriendo y luego cargando una cruz.
"Una cruz que se hizo de troncos allá en el Cerro y que es con la empezó a jalar. La empezó a jalar para hacer pierna, abdomen y hombro", señaló De la Cruz.
También lo preparó emocionalmente para que Axel tuviera seguridad y luego espiritualmente con la lectura de las Escrituras y que ser el Cristo de Iztapalapa no es un juego, sino un acto de fe y amor.