La Comisión de Atención al Desarrollo de la Niñez del Congreso de la Ciudad de México aprobó este miércoles el dictamen por el que se prohíbe a los padres de familia o tutores utilizar castigos corporales o físicos y humillantes a niños y adolescentes como medida disciplinaria.
Esto significa que los menores no podrán recibir “golpes con la mano o con algún objeto –incluidos las 'nalgadas' y 'chanclazos’-- , empujones, pellizcos, mordidas, tirones de cabello o de las orejas, ni ser obligados a sostener posturas incómodas”.
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Además, se considerará como castigo corporal o físico todo aquel acto cometido en contra de niñas, niños y adolescentes en el que se utilice la fuerza física o cualquier otro que tenga como objeto causar dolor o malestar, “aunque sea leve”.
“Desde la perspectiva del interés superior de la niñez, resulta imperante la implementación de acciones contundentes que permitan revertir la normalización y tolerancia histórica de los castigos -físicos o humillantes- que representan prácticas nocivas de crianza, que atentan contra la dignidad e integridad de este sector tan vulnerable”, afirma el dictamen.
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Con esta propuesta, también se busca penalizar el castigo humillante considerado cualquier trato ofensivo, denigrante, desvalorizador, estigmatizante, ridiculizador y de menosprecio, y cualquier acto que tenga como objetivo provocar dolor, amenaza, molestia o humillación cometido en contra de los menores.
La diputada María Guadalupe Morales Rubio (MORENA), promovente de la iniciativa, descartó que el objetivo sea penalizar o criminalizar las conductas de madres, padres o tutores, sino concientizar y visibilizar “que estas prácticas atentan contra la integridad y dignidad de los niños y adolescentes”, así como su derecho a una vida libre de violencia.
Sin embargo, la propuesta establece que las autoridades judiciales correspondientes deberán prevenir, investigar, perseguir y sancionar los casos en que niñas, niños y adolescentes se vean afectados por el castigo corporal y humillante.
A la par, establece que el DIF capitalino deberá promover y difundir medidas alternativas de disciplina que sean participativas, positivas y no violentas.
La diputada perredista Polimnia Romana destacó que existe evidencia científica que demuestra que los menores que han sufrido castigos físicos tienden a ser mayormente agresivos con sus familiares más cercanos, compañeros y, posteriormente, con los cónyuges.
Además, son más propensos a desarrollar comportamientos antisociales y a sufrir problemas de salud mental como la depresión, ansiedad, así como dependencia a las drogas y alcohol.
El dictamen contempla una serie de modificaciones a la Ley de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes de la Ciudad de México, por lo que será llevada al pleno del Congreso local para su votación y aprobación.