En la gran gastronomía mexicana, existen diversos platillos que marcaron parte importante en la historia y que hasta el día de hoy, con algunas modificaciones, podemos seguirlos disfrutando, pero son pocos los que no han cambiado con el paso del tiempo, es así con el Pozol.
Esta bebida de origen maya-chontal, es elaborada a partir de masa de maíz, agua y cacao. La masa de maíz se cocina con agua y se mezcla con cacao molido, lo que le confiere su sabor característico. La mezcla se bate vigorosamente hasta obtener una consistencia espesa y homogénea.
El origen del pozol tabasqueño
Durante la época prehispánica, el pozol se valoraba por su valor nutricional y su capacidad para proporcionar energía a los viajeros indígenas; hoy en día trabajadores lo usan como bebida y alimento, junto con tortillas hechas a mano para poder soportar varias jornadas.
Existen escritos de la época colonial donde los europeos que anduvieron por tierras del sureste del país en tiempos de la conquista, se dieron cuenta del pozol como bebida agria de los indios que los hacía resistentes al calor.
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El pozol es apreciado por su capacidad de saciar la sed en zonas calurosas y mantenerse fresco durante largos períodos, envolviéndolo en hojas de plátano y manteniendolo en lugares frescos.
Su preparación implicaba el conocimiento cultural y la habilidad de las mujeres, quienes lo elaboraban en molcajetes tradicionales, hoy en día, el maíz y los granos de cacao tostado, son triturado con ayuda de un molino. Además, puede ser acompañado con dulces hechos con frutas típicas de la zona.
Dulces típicos tabasqueños con los que se acompaña el pozol
Entre los dulces que se degustan en compañía del pozol se puede mencionar: "oreja de mico" que está hecho a base de papaya, pero sólo las puntas de la fruta, "dulce de leche", barras de dulce de coco (que puede tener piña o panela), y dulces de otras frutas como calabaza, rebanadas de papaya, limón real, melocotón, entre otros.
Para la elaboración de estos dulces, se pelan las frutas, y se cortan procurando retirar las semillas,se pasa por agua con cal, se enjuaga y posteriormente se cose con azúcar.
El pozol, con su rica historia y variedad de sabores, sigue siendo un verdadero tesoro culinario en la cultura mexicana, y a pesar de ser reinventado en otros Estados fuera de Tabasco, lo cierto es que cumple su función de formar parte de nuestra rica y extensa gastronomía.