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La comodidad del corral

Al parecer, a gran parte de la clase política y de los comunicadores no les importa dar cuenta de lo que ocurre en Chihuahua.

Créditos: Cuartoscuro
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En 2017, la periodista Miroslava Breach, colaboradora de La Jornada y del periódico El Norte de Chihuahua, fue asesinada mientras llevaba a su hijo a la escuela. Días antes de su asesinato había revelado una lista de diez directores de Seguridad Pública que estaban vinculados con el crimen organizado. Todo esto durante el gobierno del entonces panista, Javier Corral.

Apenas en mayo de 2024, Guadalupe Lizárraga publicó una investigación periodística en la que muestra la presunta participación de Corral en el caso de Miroslava Breach para evitar que se hicieran públicas más relaciones delictivas entre su gobierno y el crimen organizado. De acuerdo a la periodista, durante la investigación hubo manipulación de testimonios, evidencias fabricadas y actos de tortura contra al menos diez personas para inventar culpables del asesinato. Las torturas, siempre siguiendo lo que documenta Lizárraga, fueron cometidas supuestamente por agentes de la Fiscalía Especial para la Atención de Delitos Cometidos en Contra de la Libertad de Expresión y también habrían contado con la participación del entonces gobernador Corral.

En abril de este año, el priista Christopher James Barousse acusó a Javier Corral de haberlo perseguido, encarcelado y torturado, para comprobar que había participado en actos de corrupción durante el gobierno de César Duarte. Leo Zuckermann, durante una emisión de Tercer Grado, también señaló a Corral de tortura: “A un excolaborador mío lo metió a la cárcel y lo torturó; lo tuvo ahí más de un año en la cárcel a Cristopher. Vean los testimonios de Cristopher James Barousse, quien era el líder del PRI en Chihuahua, porque quería que a fuerza Cristopher declarara en contra del exgobernador César Duarte”. En marzo de 2024, después de cuatro años, James Barousse fue absuelto de todos los cargos.

Por otra parte, el ex secretario de Hacienda de Javier Corral, Arturo Fuentes, está prófugo de la justicia por un supuesto desfalco de 98 millones 600 mil pesos. En tanto, su ex secretario de Salud, Eduardo Fernández y su ex Vocero, Antonio Pinedo, fueron detenidos por peculado y se encuentran en prisión domiciliaria. El día de ayer, 20 de agosto, El Universal publicó que Javier Corral es dueño de catorce inmuebles, entre casas, departamentos y terrenos, varios de los cuales no fueron presentados en su declaración cuando era gobernador de Chihuahua. Corral afirmó que se hizo de ese patrimonio gracias a que lleva trabajando cuarenta años y ahora vende libros.

El miércoles 14 de agosto Javier Corral casi fue aprehendido por la Fiscalía de Chihuahua en un restaurante de la Ciudad de México, por el presunto desvío de 98 millones 600 mil pesos. Evitó la detención gracias a la rápida intervención del titular de la Fiscalía de la Ciudad de México, Ulises Lara, e inmediatamente después recibió muestras de solidaridad de parte de políticos de varios partidos, columnistas, intelectuales y hasta tuvo el seguimiento exclusivo del diario El País. La entrevista que concedió a dicho periódico fue encabezada con la siguiente frase: “Es el mundo al revés. César Duarte se pasea impunemente por las calles y yo soy perseguido”.

Al parecer a gran parte de la clase política y de los comunicadores no les importa dar cuenta de lo que ocurrió y de lo que sigue ocurriendo en Chihuahua. Prefieren mirar hacia otro lado y permanecer en la comodidad del corral.