En el semestre en el que se pensó que América ganaría todo, Liga Mx, Copa de Campeones CONCACAF y los partidos que le pusieran enfrente, llegó Pachuca para recordarle que es un equipo como cualquier otro que también puede perder, dos veces contra Tuzos. La moneda se encontraba en el aire en la semifinal del torneo continental, la llave que enfrentaba a los dos equipos mexicanos, un empate a un gol en la ida en el Estadio Azteca no parecía favorecer a nadie; América ha ganado en otras ocasiones en el Estadio Hidalgo por que lo que se podía pensar que echarían mano de todo su arsenal, apretarían las tuercas necesarias para multiplicar sus posibilidades de llegar a la final del torneo continental. El objetivo era claro, llegar al Mundial de Clubes para tener más exposición internacional y aprovechar para hacer caja con los incentivos económicos que se le otorgarán a cada club, solo por participar. En un momento, la final de la Copa de Campeones de CONCACAF, se pudo perfilar enteramente mexicana, era cuestión de que Monterrey hiciera lo que se esperaba en su casa, dar vuelta a un marcador apretado de uno a dos en contra, pero Columbus Crew es un conjunto bien trabajado, el actual campeón de MLS se llevó la victoria en la ida, en Ohio, y en la vuelta en Nuevo León.
Pachuca ha tenido un gran primer semestre de año futbolístico; además de conseguir su boleto a la final de la competencia del continente, en liga ha dado golpes de autoridad y buenos partidos contra clubes que en nómina parecen más poderosos. Con una base de jugadores jóvenes que no deben rebasar en promedio los 24 años, el conjunto hidalguense ha mostrado un camino que varios clubes podrían seguir. Apostar por el talento de la cantera es algo que ya no se ve mucho en el fútbol mexicano, a pesar de que hay clubes con canteras prolíficas, no todos los jugadores jóvenes llegan al primer equipo. En el mismo Pachuca han sostenido poco tiempo sus generaciones doradas vendiendo muchos jugadores, hasta toda la plantilla titular la se ha cambiado, para tener ingresos, pero también para alimentar a algunos otros equipos que no pasan por su mejor momento en cuanto a la producción de jóvenes talentos mexicanos. Si le pudiera pedir algo al club Tuzo, es retener un poco más a sus jugadores para poder tener un equipo que se mantenga dominante con el buen fútbol que han desplegado al momento.
Monterrey tenía la mesa puesta para poder avanzar en la Copa de Campeones de CONCACAF; un estadio con buena entrada y su cuadro de lujo al punto para enfrentar un partido de suma relevancia; más allá de que Rayados ya tiene un lugar en el Mundial de Clubes. En cierta medida, ganar significaba algún tipo de reivindicación del fútbol mexicano frente a los descalabros que se han sufrido contra equipos de MLS, desde la Leagues Cup, así como en esta misma Copa. Y por un momento pareció que podían llevar el partido de vuelta de su semifinal por un cause tranquilo y a favor, incluso iniciaron el partido con un gol que ponía tablas el marcador global. Pero errores puntuales en la salida abrieron el camino para anotar el gol del empate, que sería solo el primero de los tres con los que Monterrey se despidió de su afición en el torneo continental. Ahora le resta concentrarse en los partidos de cuartos de final, ya marcados en el calendario, en los que enfrentará a el máximo rival, en el Derby de la capital neoleonesa.
América y Monterrey tuvieron una baja de rendimiento en partidos recientes, más notoria para el conjunto regio que en tres torneos no había quedado por debajo de los tres primeros lugares y ahora se encuentra en un incómodo cuarto lugar. América suma dos partidos perdidos en liga, no serían de mucha importancia, pero se trata de dos derrotas contra rivales que lastiman; Pachuca y Pumas son dos equipos contra los que el americanismo no le gusta perder; ninguno de los dos se acerca al presupuesto de Las Águilas, por lo que, en un fútbol en el que se pondera tanto el dinero, resulta mu doloroso perder contra equipos de cifras menores; Pachuca le venció dos veces en el semestre y podrían volver a enfrentarse en liguilla si los partidos se acomodan, lo que podría hacer mayor la pesadilla americanista de quedarse con las manos vacías en un semestre en el que pretendía llevarse todos los laureles.