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Un panorama que no luce sencillo para la Selección Nacional

La Selección Nacional enfrentará a su rival más complicado: Estados Unidos.

Créditos: Especial
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Con el próximo partido amistoso frente a Estados Unidos en puerta, la Selección Nacional no ha dado un partido que convenza al entorno futbolístico, ni a la prensa ni a la afición: después de tres partidos con Javier Aguirre al mando en su tercer periodo, los números no son para presumir. En tres partidos, se han empatado dos y hay una sola victoria, a pesar de que los rivales no han sido los más adecuados para un seleccionado que se prepara para recibir un Mundial. En su último encuentro, el Tricolor se enfrentó al equipo español de Valencia, que llegó al compromiso sin su cuadro titular, con muchos suplentes y juveniles, que más que el conjunto de primera división, se acercaba más a un representativo de las fuerzas inferiores del club naranjero; aún así, con estas condicionantes y sumando que el equipo español llegaba, casi, directamente del avión a jugar en la cancha del Cuauhtémoc, el partido se le complico a la Selección Nacional y, después de llevar una ventaja de dos a cero, el visitante empató con un doblete de Dani Gómez, jugador que puso en jaque a la defensa mexicana durante todo el partido.

Más allá de que resulta extraño que una selección enfrente a un club en un partido de preparación, está el propio desempeño en la cancha que fue de más a menos; Javier Aguirre no ha sido la panacea que se esperaba para la Selección Mexicana, si bien es cierto que ha sido corto el periodo en el que el Vasco lleva al frente del equipo y que no ha habido derrotas, la realidad es que el equipo mexicano está a la mitad de su camino al Mundial de 2026 y no ha encontrado una identidad de juego que le permita encaminarse con seguridad como anfitrión de la próxima Copa del Mundo. Resulta preocupante que a medio camino ya fueron cortados dos de los proyectos que se presentaron como las soluciones después del pésimo papel realizado en Catar 2022; ni Diego Cocca, ni Jaime Lozano contaron con la continuidad que esperaban al ser designados como directores técnicos de la selección mayor. Sus procesos fueron cortados de manera abrupta sin que se les concediera un margen para maniobrar y recuperar el camino perdido. Javier Aguirre puede ser el entrenador mexicano que mejor proyección ha tenido en el extranjero, aunque no exento de polémica, pero no tiene una varita mágica que además de hacer jugar bien a una selección, también mejore al fútbol mexicano en todos los aspectos que requieren atención.

A modo de red de seguridad, los primeros partidos del Vasco al frente de la Selección no fueron contra rivales del primer orden futbolístico internacional; se eligieron rivales que, en el papel, podrían parecer sin mayor complicación. Así, el partido y victoria, tres a cero, contra Nueva Zelanda, fue un cálculo preciso para levantar la moral y el ánimo tanto hacia adentro del equipo mexicano, como hacia afuera; su entorno y la afición. Pero sin rivales de exigencia, el fútbol del seleccionado mexicano no ha terminado de mostrarse a toda su capacidad, o eso quisiéramos pensar, porque, tal vez, ya ha mostrado para lo que le alcanza. El déficit en el fútbol que practica la selección, se nota; al conjunto le cuesta trabajo mantener un ritmo constante; en el partido contra Valencia, no pudo mantener una ventaja de dos a cero, aún siendo un partido amistoso y de preparación, es necesario que el equipo convenza, primero al interior, de que son capaces y con la calidad necesaria para defender la casaca nacional.

A esta selección le hace falta más que buen fútbol, no se le nota concentrada ni entregada; en el gol con el que Valencia empató el partido, la marca contra Dani Gómez fue tibia e ineficiente, con un simple giro, el jugador naranjero ganó la posición y anotó sin oposición alguna. Estos detalles, se repiten en cada juego de la selección, no solo en esta gestión; la irresponsabilidad, falta de compromiso y liderazgo en el terreno de juego se nota en cada partido, tal vez desde la gestión de Martino que no prestó atención en la disciplina deportiva dentro de la cancha y permitió el relajamiento de los jugadores que ha perdurado hasta esta nueva etapa. La exigencia para ser seleccionado no es rigurosa, hay poco de donde elegir, lo que más se nota es la desatención en el talento que impide presentar partidos con un nivel adecuado; este martes, la Selección Nacional enfrentará a su rival más complicado, Estados Unidos que, aunque no se presentará con todos sus titulares, siempre juega contra México con un orgullo deportivo con el que buscará complicar aun más la situación por la que el atraviesa el equipo mexicano.