Laboratorios de fentanilo han tenido que parar la producción y cerrar en Culiacán ante la presión del Gobierno de Donald Trump a México, según reveló un podcast del diario The New York Times (NYT).
A través del audio titulado “Cómo los aranceles están sacudiendo la guerra contra el fentanilo”, la periodista Natalie Kitroeff, jefa de la oficina del NYT en la Ciudad de México, expone que luego de visitar “cocinas” de fentanilo en Sinaloa en diciembre, regresaron a la entidad tras la toma de protesta de Trump.
La periodista detalla que la dinámica se modificó pese a que seguía siendo una ciudad muy violenta, y sus contactos del cártel de Sinaloa le dijeron que ya no hay producción de fentanilo en Culiacán.
“Cuando regresamos a Sinaloa después de la toma de Trump la dinámica se había modificado completamente”, dijo la periodista en el podcast del diario estadounidense publicado este jueves.
“Ya no hay laboratorios de fentanilo en Sinaloa, los criminales están temblando literalmente”.
Kitroeff refirió que la producción seguía en otras partes del país, pero en Culiacán todos fueron cerrados.
“Por tanta presión del gobierno ya no estamos cocinando nada”, dijeron los miembros del cártel a Natalie.
Incluso, menciona que la reunión con los presuntos criminales se realizó en un hotel y no en los laboratorios que visitaron anteriormente.
Los contactos señalaron al NYT que el cierre puede ser temporal y que están moviendo los laboratorios de ubicación, pero actualmente todos los miembros de cárteles están “encerrados”.
“El cambio principal es que Donald Trump entró al gobierno y está presionando tanto al gobierno mexicano que los cárteles han tenido que cerrar sus laboratorios y encerrarse”, dijeron los “cocineros” de fentanilo.
“El ritmo de estas acciones es algo que no hemos visto, hemos visto en un mes lo que no hemos visto en años (…) vivimos de primera mano la imposición de la que tantos tenían miedo”.
Así son laboratorios de fentanilo de 'Los Chapitos', según el NYT
En diciembre de 2024, las periodistas Natalie Kitroeff y Paulina Villegas, así como la fotógrafa Meridith Kohut, del diario NYT se adentraron a las entrañas del Cártel de Sinaloa y mostraron cómo son los laboratorios que ocupan para fabricar grandes cantidades de fentanilo.
Sólo con cubrebocas, sin miedo a que los gases les causen algún daño, y en una cocina como cualquier otra en el centro de Culiacán, los integrantes del Cártel de Sinaloa ‘cocinan’ kilos y kilos del opioide como si se tratara de una cena para sus familias.
“No había olores ni humo en el exterior que pudieran alertar a un transeúnte de las grandes cantidades de fentanilo que se estaban cocinando detrás de la puerta”, relataron las periodistas.
El reportaje fue cuestionado por el Gobierno federal y local al señalar que no es posible producir fentanilo en “cocinas” y lo calificaron como un “montaje”.