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La confesión del Vaticano: hasta 5 Papas encubrieron al padre Marcial Maciel

De acuerdo con el Archivo Apostólico del Vaticano, desde Pío VII hasta Juan Pablo II, la Iglesia encubrió los abusos de Marcial Maciel.

El padre Marcial Maciel murió en 2008 retirado de sus funciones religiosas. Créditos: Cuartoscuro
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El padre Marcial Maciel fue encubierto por cinco Papas, es decir, por más de 50 años, de los abusos contra menores de edad, de su dependencia a las drogas y sus múltiples relaciones con mujeres e hijos secretos, de acuerdo con información divulgada de desde el Archivo Apóstolico del Estado Vaticano. 

En estas cinco decádas, Marcial Maciel pudo actuar con total impunidad en las decenas de abusos que se le conocen hasta el momento y que no fueron castigados de manera ejemplar por la Iglesia católica. 

Hoy se sabe que las denuncias contra Maciel vienen desde 1943, tan sólo dos años después de haber fundado la Congregación. 

Durante este fin de semana, el diario italiano Corriere della Sera y que retoma El País, refiere que el 1 de octubre de 1956, el Papa Pío VII había ordenado suspender a Marcial Maciel para exigirle dedicarse a "curarse" y evitar cualquier tipo de contacto con sus alumnos de la Congregación de Los Legionarios de Cristo.  

La advertencia papal era clara, si no accedía a estas condiciones sería suspendido de manera a divinis, es decir, una suspensión que prohíbe el ejercicio de todo acto del poder de las órdenes obtenidas por órdenes sagradas o por privilegio, de acuerdo con el derecho canónico. 

Aunque esta información había sido divulgada a través de fuentes no oficiales, con los documentos del Archivo Apostólico se confirma que el exlíder de los Legionarios de Cristo fue ayudado por "una mafía" dentro de la Iglesia que lo protegió de cualquier investigación por abusos sexuales. 

La Curia católica que encubrió los abusos de Marcial Maciel 

Uno de los nombres que refiere el Corriere della Sera como parte del grupo de protectores de Maciel es el del cardenal Giuseppe Pizzardo, quien en 1956, cuando se ordenó suspender a Marcial Maciel por abuso sexual, se reunió con un alto clérigo del Vaticano donde lejos de imponer sanciones a Maciel sólo se le pidió "curarse" y se adujo que Marcial era víctima de la hostilidad del entonces Arzobispo de México, José Garibi Rivera. 

Pío VII murió en 1958 sin que se concluyera nada en las indagatorias contra Maciel. El estatus siguió siendo el mismo con Juan XXIII, Pablo VI, Juan Pablo I y Juan Pablo II. El rotativo italiano infiere que el entonces secretario de Estado del Vaticano en el pontíficado de Juan XXIII, Angelo Dell’Acqua, le aconsejó al Papa no suspender de sus labores religiosos a Marcial, orden que también fue acatado con los años dentro de la Curia católica. 

¿Por qué el Vaticano encubrió a Marcial Maciel? 

El diario italiano infiere tres razones por las que el padre Marcial Maciel fue encibierto por las altas esferas de la Santa Sede por más de medio siglo. 

Uno de ellos, se debe al carisma de Maciel para reclutar a jóvenes que deseaban consagrar su vida a la Iglesia católica en un México con un alto perfil anticlerical en las primeras décadas del siglo XX. 

De igual forma, el hecho de que se le atribuyera a las conspiraciones comunistas las acusaciones de abuso contra Marcial Maciel, fueron piezas claves para que la Iglesia desestimara las denuncias. 

Por último, la Congregación de Los Legionarios de Cristo era famosa por su alto nivel de recaudación de fondos para la Iglesia católica y que pudieron comprar protección desde la Curia. 

Según, el National Catholic Reporter en 2010, durante el pontificado de Juan Pablo II se recibieron el grueso de denuncias contra Marcial Maciel, sin embargo, estas no prosperaron puesto que el padre mexicano tenía aliados clave en la Curia.

Angelo Sodano, secretario de Estado vaticano entre 1990 y 2006; Estanislao Dziwisz, secretario personal de Juan Pablo II; y el cardenal español Eduardo Martínez Somalo, prefecto de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada de 1992 a 2004.

"Las reconstrucciones publicadas estos años describen a un Juan Pablo II que se niega a creer las acusaciones hasta sus últimos años, mientras Ratzinger intenta investigarlas pero acata órdenes", expone El País.