En medio de las diferencias entre las autoridades de Morelos y un delicado estado de salud, Salvador Rangel, obispo emérito de la diócesis Chilpancingo-Chilapa, cambió de abogado.
Pedro Ramírez era quien llevaba el caso hasta que se dio a conocer que el religioso se encontraba en un hotel de Cuernavaca, Morelos antes de ser ingresado al Hospital General “José Parres”. Por ello, Luis Alberto Gasca tomó el papel de representante legal del obispo.
El nuevo abogado fue quien informó, durante un breve encuentro con medios de comunicación, que Salvador Rangel dejó el hospital, sin embargo, precisó que su estado de salud sigue siendo delicado y aclaró que no se tomarán acciones legales hasta su total recuperación.
No obstante, acusó que las diferencias entre las autoridades de Morelos podrían ser consecuencia de la contienda electoral, pues, dijo, quieren negar la crisis de seguridad que enfrenta la entidad.
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Iglesia sale en defensa del obispo Salvador Rangel
La Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) pidió evitar conjeturas y especulaciones sobre el caso del obispo Salvador Rangel, además, reiteraron que esperarán hasta que el religioso pueda emitir su declaración para aclarar la presunta privación de la libertad de la que habría sido víctima
“Como Iglesia, confiamos en las instituciones y eso nos lleva a dejar en manos de las autoridades la investigación correspondiente. Por ahora solo pedimos, respetuosamente, que se eviten conjeturas y especulaciones que enrarecen el caso de forma innecesaria, tomando en cuenta la dignidad humana”, se lee en el documento que fue difundido en redes sociales.
El fiscal de Morelos, Uriel Carmona, sostiene que el obispo Salvador Rangel fue privado de su libertad y víctima de robo, sin embargo, el comisionado de Seguridad Pública de la entidad, José Antonio Ortiz Guarneros, afirmó que el religioso entró voluntariamente a un hotel en Cuernavaca acompañado de una persona del mismo sexo.
De acuerdo con la periodista Miriam Moreno, informes policiacos señalan que el religioso fue encontrado en el Hotel Real Ocotepec de Cuernavaca y de ahí fue trasladado al Hospital General “José Parres” en calidad de desconocido.
"Hasta donde sabemos entró voluntariamente al hotel, con una persona del mismo sexo, y esa persona después se retiró”, externó Ortiz Guarneros a medios.
Dichas declaraciones causaron ruido, pues se reveló que en la nota de ingreso del hospital se reporta que el obispo Salvador Rangel llegó con deterioro neurológico a expensas de estupor, sin pertenencias y con un blíster de dos pastillas de sildenafil, que usualmente se vende bajo el nombre comercial de Viagra y que es prescrito a personas que padecen de disfunción eréctil o hipertensión arterial pulmonar.