En México y otras partes del mundo, la presencia de chinches de cama en universidades, transporte público y otros espacios de concurrencia social han desatado fumigaciones y freno de actividades. Sin embargo, ¿realmente vivimos una epidemia y un problema de salud pública o se trata más bien de una psicosis colectiva?.
Alejandro Macías, reconocido investigador y comisionado durante la crisis de influenza AH1N1 durante el 2004, publicó un video donde explica por qué el avistamiento de chinches de cama no representa un problema de salud pública.
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"Estas chinches (de cama) son parásitos de humanos que hasta la fecha no se han descrito enfermedades transmisibles. Son una molestia, pero no son un problema de salud pública”, señaló.
Estas pueden ser encontradas también en los pliegues de las sillas, butacas o cualquier mueble con textiles, telas favoritas para estos insectos, que, en realidad, son capaces de vivir meses sin comida y suelen picar de manera lineal para alimentarse.
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En las últimas semanas, por lo menos ocho facultades y una escuela nacional en el campus central de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) frenaron parcial o totalmente sus actividades presenciales para fumigar los espacios.
“No está justificado cerrar actividades de escuela porque alguien vio una o dos chinches”, señaló. “Para un parásito (las chinches de cama) que no puede transmitir ninguna enfermedad”.
Éstas son las chinches que sí pueden transmitir enfermedades
El especialista explicó que la presencia más notoria de las chinches tiene que ver con una mayor movilidad en la población a nivel mundial. Además de que “las chinches se han hecho, por un mecanismo evolutivo, cada vez más resistentes”.
Sin embargo destacó que es necesario separar a las chinches de cama de las chinches triatoma o “chinches besuconas”, la cual, cuando pica, puede propagar la enfermedad de chagas, causada por un parásito llamado trypanosoma cruzi.
“Son mucho más grandes que las de cama, generalmente cuando pican pueden propagar la enfermedad de chagas causada por un parásito que entra a la sangre. La chinche lo chupa y, cuando lo defeca, las personas se rascan y puede entrar a través de la mucosa o de las heridas del propio piquete", detalló
En este sentido, Macías aseguró que la población no debe caer en pánico, dado que hasta ahora no se ha reportado que en lugares públicos haya presencia de “chinches besuconas”, insectos que generalmente se esconden en grietas o techos, inclusive en casas en mal estado.
Sin embargo, el especialista reconoció que hay más chinches de cama, pues ha sido un año de mucho calor a nivel mundial y “aunque sí hay proliferación, en algunos lugares ha habido prácticamente una psicosis colectiva” que ha llevado a cierres injustificados de actividades.