Recientemente los consultorios adyacentes a farmacias instalados a lo largo y ancho de la República Mexicana se volvieron el centro de la conversación, luego de que el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell, se pronunciara en contra de estos, al afirmar que representan un riesgo para la salud y la vida de las personas, pero ¿cuándo y cómo surgieron? Te explicamos.
De acuerdo con Antonio Pascual Feria, presidente de la Asociación Nacional de Farmacias de México, actualmente en el país existen 40 mil farmacias, de las cuales 18 mil cuentan con el servicio de consultorios, mismos que brindan 10 millones de consultas al mes.
Esta modalidad ha resultado en un éxito total a sus más de 20 años de existencia, ya que ha desahogado al sistema de salud, mismo que no cuenta con los médicos y la infraestructura necesaria para atender la demanda.
¿Cuándo y cómo surgieron los consultorios junto a farmacias?
Bueno pues la historia de los consultorios adyacentes a farmacias surge en 1997, cuando la cadena Farmacias Similares abre su primera farmacia con un consultorio anexo en una colonia de la Ciudad de México.
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Previo a esto, a partir de los años 90, en México tuvo lugar un proceso de reformas neoliberales al sistema de salud que derivó en el fortalecimiento del sector privado.
Dichas estrategias conducen a la ampliación de servicios privados impulsados y fortalecidos por el propio sector salud, como es el caso de los servicios subrogados, es decir, aquellos que no reciben apoyo directo del Estado, pero que bajo otras instancias son promovidos, tal como la creación de seguros colectivos de gastos médicos privados o de proveedores de atención médica de bajo costo como los consultorios de farmacia.
Además, a finales de los 90, el 55 por ciento de la población mexicana no contaba con seguridad social, por lo cual, surgió la idea de colocar un consultorio médico junto a una farmacia para la atención del público en general.
Y fue el empresario farmacéutico, Víctor González Torres, quien decidió crear la cadena de Farmacias Similares, y la mente detrás de este atractivo modelo de negocio.
La cadena, es una de las divisiones del Grupo Por un País Mejor, integrada por Laboratorio Best, mismo que se encarga de la venta y producción de medicamentos genéricos; así como Fundación Best, quien provee atención médica ambulatoria, y se integra por consultorios médicos, dental y laboratorios de análisis clínicos.
Fundación Best fue formada en 1994 bajo un discurso altruista de ayudar a los que menos tienen, a través de servicios médicos y de asistencia, por lo que fue la encargada de establecer el modelo de los consultorios de farmacia.
El modelo fue rápidamente copiado por otras cadenas de farmacias, por lo que en 2008 ya había casi 3 mil consultorios de ese tipo en el país; sin embargo, fue en 2010 cuando el número de estos establecimientos se disparó, luego de que entrara en vigor el acuerdo que reguló la venta y dispensación de antibióticos en todo el territorio nacional, los cuales no se podían adquirir sin receta en mano.
En la actualidad, al formato iniciado por Farmacias Similares, se han sumado Farmacias del Ahorro, Farmacias Benavides, Farmacias Yza, Genéricos Intercambiables, Farmacias Guadalajara, Farmacias San Pablo, Farmacias del Dr. Descuento, farmacias independientes, entre muchas otras.
La extensión del modelo de consultorio junto a farmacias ha resultado en todo un éxito, lo que ha ayudado a desahogar al sistema de salud de esas consultas, aunque esta atención no ha sido bien recibida por las autoridades sanitarias.
Y es que recientemente el subsecretario López-Gatell señaló que no es recomendable atender la salud en consultorios adyacentes a farmacias, esto porque se corre un grave riesgo.
Según lo explicado por el funcionario, este tipo de instituciones sólo tienen la capacidad de resolver “una pequeña gripe, un dolor de cabeza, una diarrea, un problema de salud de muy corta duración que afecta a población principalmente sana”; sin embargo, aquellos que presenten “diabetes, hipertensión, una enfermedad pulmonar o cardiaca crónica” no pueden recibir una atención adecuada y de calidad, por lo que se podría poner en peligro su salud o su vida.