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Insulina: ¿Cómo afectó el desabasto a pacientes con diabetes?

El desabasto de medicamentos se ha convertido en uno de los principales problemas de este sexenio. A partir de este año empezó a afectar a los derechohabientes del IMSS que necesitan de la insulina.

El desabasto de medicamentos ha afectado a los pacientes que requieren insulina y son derechohabientes en el IMSS.Créditos: Sandra Ríos/ Grupo Fórmula.
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Juan es derechohabiente de la Unidad de Medicina Familiar (UMF) 185 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), ubicada en Tultitlán, Estado de México, y no le han entregado la insulina de acción intermedia que necesita para controlar sus niveles de glucosa desde marzo pasado.

“Hablé a la dirección de la clínica y me dicen: ‘pues no tenemos ni fecha para cuando nos llegue la insulina. En cuanto nos llegue, nosotros se las damos a ustedes’, pero mientras qué hacemos nosotros como enfermos”, expresó en entrevista con Grupo Fórmula.

Antes del desabasto, Juan tuvo cuatro infartos agudos al miocardio y un accidente cerebrovascular. Lo que provocó daños en su vista, pulmones y riñones.

“Si yo no me pongo la insulina se me sube y mi circulación se me hace más lenta, me puede provocar otro infarto. Hasta un evento cerebro vascular nuevamente que me pueden llevar hasta la muerte, por un medicamento que me deben entregar en el IMSS y que cuento con los derechos, ¿no?”, denunció.

La insulina es una hormona que permite que las células absorban la glucosa de la sangre. Existen 3 tipos: de acción rápida, acción intermedia y acción prolongada.

En este sentido, Jocelyn Ellen Ortega, nutrióloga y educadora de diabetes por la Asociación Mexicana de Diabetes, detalló, en entrevista con Grupo Fórmula, que la insulina rápida es aquella que al inyectarse baja los niveles de glucosa de forma inmediata.

Mientras que la intermedia y prolongada son aquellas que tienen una duración mayor. Así que suelen aplicarse durante la noche o en la mañana para que a lo largo del día los pacientes no tengan “picos de glucosa”.

“Esa es la diferencia. ¿Qué pasa cuando se comen un pan y se les sube rapidísimo? Se inyectan insulina rápida y listo, es controlar la glucosa”, añadió.

El desabasto de insulina llegó a otras clínicas

Lo mismo sucedió en la UMF 93, ubicada en el Estado de México, del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS). Francisco es derechohabiente de esa clínica y desde hace 16 años padece diabetes. 

Hace 7 años empezó a inyectarse insulina de acción intermedia por indicaciones médicas y no había tenido problemas para acceder al medicamento hasta 2019.

El paciente ingresó al hospital el 28 de diciembre de 2018 porque su pierna estaba inflamada, ya que no le circulaba bien la sangre. Tres días después, el 31 de diciembre, le extrajeron la sangre coagulada y 15 días después le hicieron un lavado quirúrgico.

Finalmente, el 25 de enero de 2019 le hicieron una cirugía para amputarle uno de sus pies. Durante el tiempo que estuvo internado, se enteró que en el hospital ni siquiera tenían jeringas para que las enfermeras le inyectaran la insulina.

“Le dije a la enfermera: ‘oiga, ¿a qué hora me van a aplicar la insulina?’, y se me acerca y me comenta a muy baja voz, me dice: ‘¿sabe qué? Que no me lo tome a mal, pero no hay ni jeringas’”, indicó en entrevista con Grupo Fórmula.

Ante esta situación, Francisco le pidió a su familia que comprara jeringas para que le suministraran la hormona mientras estaba internado. El desabasto inició desde que comenzó el sexenio del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), de acuerdo con el paciente. 

“Luego, luego se notó que había un desabasto, tanto de insumos, como de medicamentos”, agregó.

El paciente mencionó que el problema del desabasto de insulina se hizo evidente desde 2021. Sin embargo, desde febrero pasado dejó de recibir el medicamento y tuvo que comprarlo, con el apoyo de su familia.

En la farmacia desconocían cuándo llegaría la insulina

El personal del IMSS que atiende la farmacia de la clínica le indicó que podía acudir a un centro de almacenamiento de medicamento en Naucalpan para ver si ahí le podían dar la insulina, pero no es seguro.

Francisco comentó que en transporte público mínimo se haría 2 horas porque vive en Tecámac, municipio del Edomex, y en un taxi de aplicación serían de 400 a 500 pesos sólo para ver si la insulina está disponible. En lugar de eso, prefirió evitar el gasto y usar ese dinero para adquirirla por su cuenta.

El derechohabiente aseguró que los médicos no sabían que en la farmacia no les surtían las recetas completas y no les pueden recetar más frascos por si el siguiente mes no hay insulina porque el sistema no les permite imprimir.

Cuando no les surten las recetas completas, el personal de farmacia les coloca un sello que dice “Sin Existencia” para que de esa forma puedan entregarles lo que les faltó otro día. Sin embargo, los pacientes tenían que ir a la clínica a checar si el medicamento estaba disponible o no.

Lo que se le dificulta porque necesita trasladarse con el apoyo de alguno de sus familiares, ya que no puede caminar por la prótesis que le pusieron cuando le amputaron el pie.

En Jalisco también hubo desabasto

En la Unidad de Medicina Familiar 39 del IMSS, ubicada en San Pedro Tlaquepaque, Jalisco, el desabasto de insulina también empezó desde el año pasado, pero se volvió constante a partir de enero de 2022.

Oswaldo, quien tiene diabetes desde 2016, contó a Grupo Fórmula que no le surtieron la hormona de acción intermedia desde el primer mes de este año y la de acción rápida a partir de abril.

“Se ha marcado más con este gobierno porque ha sido, desde mi punto de vista muy ineficaz”, afirmó.

En su caso le indicaron que llamara a un número que viene en la receta médica para preguntar sobre la disponibilidad de la insulina en la clínica, pero se tardan varios minutos en responder o no contestan.

El IMSS gastó 1 mil 403 millones 87 mil 601.18 pesos para adquirir 18 millones 954 mil 529 piezas en 2021 y durante 2022 ha gastado 468 millones 729 mil 931.87 pesos en 4 millones 938 mil 714 piezas, según información obtenida vía transparencia. Lo que equivale al 33 por ciento de lo que la dependencia gastó el año pasado.

Pacientes gastaron más 1 mil pesos en insulina al mes

Juan relató que la insulina de acción intermedia cuesta alrededor de 570 pesos, pero su hijo encontró una farmacia en la que tiene descuento y sólo paga 130 pesos por cada frasco. En total son dos por mes. Tanto él, como su familia “batallaron” durante el primer mes porque en las farmacias de patente cuesta más de 600 pesos.

“Quisiera que entendieran el director del IMSS, Zoé Robledo, y hasta el presidente de la República (Andrés Manuel López Obrador) que nosotros como pensionados no contamos con los recursos para estar dando vueltas todos los días para preguntar si ya llegó el medicamento y mucho menos para andarlo comprando porque no nos alcanza”, denunció.

El pensionado comentó que el dinero que le dan apenas le alcanza para comer y solventar el costo de los pasajes para llegar a la clínica a sus citas médicas. Con junio van 4 meses que no le dan la hormona, “sólo dicen que no hay y no hay”, acusó.

Por otra parte, Oswaldo gastó 120 pesos mensuales en insulina y Francisco entre 1 mil y 1 mil 200 pesos en el medicamento por mes. El primero tuvo que comprarla durante cuatro meses porque en mayo y junio sí le dieron la receta completa; mientras que el segundo fue durante cinco meses porque este mes ya se le entregaron.

Ambos pacientes esperan que el problema de desabasto de la hormona ya se haya solucionado y que no se vuelva una constante que algunos meses haya y otros no.

¿Qué pasaría si los pacientes no se inyectan la insulina?

La falta de acceso a la insulina puede provocar graves problemas de salud e incluso la muerte. En México, al primer semestre de 2021, la diabetes fue la tercera causa de muerte en la población del país, sólo superada por el COVID-19 y las enfermedades cardiacas. En ese periodo, 74 mil 418 personas perdieron la vida, 8.8 por ciento más que en 2020, por esa enfermedad, cuyo tratamiento se da con esa hormona.

Jocelyn Ellen Ortega explicó que es importante que los pacientes tengan un buen control de la glucosa; pues los altos niveles pueden provocar daños en los tejidos de diferentes partes del cuerpo, como del ojo o del riñón.

Lo que provoca que se degeneren y pueden producir desde una ceguera o insuficiencia renal hasta un coma diabético. Mientras más elevada esté la glucosa, mayor es el daño.

“Si el paciente necesita la insulina, sí va a ser un problema porque puede tener demasiados picos de elevación de glucosa. Llegar a un coma diabético, hiperglucemias, entonces sí es muy importante que cuenten con este medicamento”, resaltó.

La especialista detalló que en algunos casos es posible controlar la glucosa con medicamentos y con un plan alimenticio elaborado por un nutriólogo.

Ortega comentó que todas las personas diabéticas deben de llevar un plan alimenticio. Esto se debe a que algunos pacientes tienen la idea errónea de que pueden comer lo que sea porque ya se están inyectando insulina.

“Eso es un error también, a veces es falta de educación. Entonces es decirle a los pacientes 'no hay insulina rápida, pues vamos a buscar alternativa b', que va a ser alimentación, algún medicamento y, si tiene, la insulina prolongada”, sostuvo.

Además, alertó que a veces el organismo se adapta cuando tiene altos niveles de glucosa y algunos pacientes podrían pensar que ya no necesitan la insulina. Así que al no tener acceso a ella no se la suministran y conforme pasa el tiempo avanza la enfermedad.

“Yo creo que no debería de haber deficiencia, siendo que somos un país casi con el número más alto de personas que viven con diabetes”, opinó.

Por último, consideró que debería de existir el abastecimiento necesario para todos los que lo necesitan porque los pacientes no pueden adquirir la insulina son los que tienen mayor índice de mortalidad y más probabilidades de tener una enfermedad grave.