El senador Ricardo Monreal jugó con los niños sobre el tipo de país que desean y cuando ellos le preguntaron qué quería él de niño, respondió: "Ser presidente", lo que provocó mayor alegría.
Estaba festejando el Día del Niño con un grupo de niñas y niños, quienes reunidos en el Salón de Plenos del Senado tenían escritos ya en una hoja el México que sueñan: un país sin violencia y mayor seguridad, donde se cuide a los niños y a las mujeres y donde en esta etapa de pospandemia se vacune a todos los menores.
Cada niño y niña depositó emocionado, comprometido, su deseo en una urna, mientras algunos pasaron al estrado a leerlo, al tiempo que el senador de Fresnillo, Zacatecas, líder de la mayoría en el Senado, asentía con un ligero movimiento de cabeza, para al final expresar que los niños de ahora traen un "nuevo chip".
"Niños y niñas de cinco, seis, siete u ocho años muy despiertos", con un pensamiento muy claro de lo que quieren para el futuro de su país. "Me alegra que se esté construyendo la generación que nos va a relevar en unos años", expresó.
También maquilladas y maquillados de su héroe o personaje favorito, de Batman, Mujer Maravilla, otro grupo de niños llenaban de alegría y colorido el patio central del edificio Legislativo, donde a 200 años de fundado el Senado por primera vez se festeja a las niñas y niños de México, con la asistencia de poco más de mil menores acompañados de sus padres, de acuerdo con los organizadores del evento. Llevaban bolsas de regalos, colores, cuadernos; desayunaban, posaban con los superhéroes, para tomarse la foto.
Los que ya se encontraban en el Salón de Plenos, alrededor de 128, ocupaban los escaños de los senadores y senadoras y desde ahí intercambiaban impresiones con el senador que con miras a las elecciones presidenciales de 2024 ha expresado su legítima aspiración, y se mostraban interesados en conocer la labor legislativa de quien es reconocido como una figura política conciliadora tanto en el Senado como en la vida pública del país.
Su deseo desde niño es ser presidente de México, lo pronunció sonriente, decidido, mientras iba por el grupo que se encontraba en el patio central, donde alguien en una pizarra se había adelantado con agradecerle: "Gracias, senador".
"Esta generación viene bien", expresó el senador, y continuó: "Nosotros creo que debemos erradicar la violencia, la confrontación, esta situación de polarización; esta generación va a salir bien, los niños vienen bien".
Había salido él mismo a recibirlos en la entrada sobre Paseo de la Reforma, donde les dio la bienvenida y expresó la felicitación a cada niño y niña por su día, quienes llegaron en compañía de familiares, al tiempo que los invitaba a una serie de juegos, como el tiro al blanco, las canicas, ponerle la cola a un burro.
Sofía, de cuatro años, dejó junto con su hermano Ángel la cama a las cinco de la mañana para junto con sus padres tomar el transporte muy temprano y llegar a buena hora al edificio del Senado. Quería asistir a la convocatoria para festejar el Día del Niño y conocer al senador Ricardo Monreal Ávila. Ella quiere un México sin violencia ni niños desaparecidos.
Escuchó con atención cuando el senador contó que desde el teléfono instalado en su escaño, esta vez ocupado por un niño, se comunica con líderes de grupos parlamentarios y con altos funcionarios. Todas las miradas infantiles voltearon hacia el escaño y luego retornaron a esa curiosidad natural de admirar parte por parte lo nuevo, en este caso la infraestructura del Salón de Plenos, donde Batman, Ironman, Hombre Araña, Bob Esponja, Hada Madrina convivían con los niños quienes se expresaban sinceros.
Y fue en medio de esa alegría sincera que, cual confesión, se escuchó: de niño quiero ser presidente.