Por las calles y los cafés de la Ciudad de México, a inicios de la década de los 2000, José Luis Calva Zepeda ofrecía sus obras literarias, los cuales iban desde poemas hasta obras de teatro, aunque nunca llegó ser reconocido por su lírica, sí lo fue por sus crímenes que le hicieron ganarse el apodo de "El Caníbal de la Guerrero".
A "El Caníbal de la Guerrero" se le comprobaron cuatro crímenes en contra de mujeres, a las que asesinaba, destazaba y luego comía. Las partes de sus víctimas las guardaba en el refrigerador, de acuerdo con los testimonios de las autoridades capitalinas que acudieron a detenerlo el 8 de octubre de 2007.
Un infancia que lo marcó
Con "pulmones enfermos, corazón grande y huesos frágiles", así se describió José Luis Calva Zepeda su niñez, misma etapa en que sufrió abuso sexual por parte de uno de los amigos de su hermano mayor (llamado Tirso), sufrió de violencia por parte de su madre y nunca conoció a su padre, pues éste falleció cuando apenas tenía dos años.
Nacido en 1969, José Luis tuvo que salirse de su casa debido al ambiente hostil en que vivía y se convirtió en un niño en situación de calle, el cual boleaba zapatos para comprarse comida y juguetes, según declaró en sus textos y en sus testimonios tras ser aprehendido por las autoridades.
Una ruptura amorosa
Era el año 1996, José Luis Calva tenía 27 años y conoció a Aide, una mujer que le hizo un "trabajo de sanación" a causa de todo el coraje que sentía en contra de su pasado. Tiempo después se convertiría en su primera esposa y madre de sus dos hijas, sin embargo, la relación no prosperó y se divorciaron en 2001.
Aide y las niñas se fueron a los Estados Unidos, por lo que Calva Zepeda se sumergió en una intensa depresión, lo que aumentó sus sentimientos de odio al sentirse "doblemente traicionado", de acuerdo con lo que contó a los psicólogos y psiquiatras que lo entrevistaron en el Hospital de Xoco a los pocos días de ser detenido.
Caminando ando por la vida, soñando mis sueños, pintando mis letras, queriendo volar, buscándote a ti", fragmento de un poema de José Luis Calva Zepeda.
El surgimiento de "El Caníbal de la Guerrero"
Incapaz de reconciliarse con su pasado y frustrado por su ruptura amorosa, José Luis Calva Zepeda empezó a asesinar a mujeres, según sus declaraciones, a una de sus exnovias la desnudó y metió en la cajuela de su automóvil, cuando llegó a un basurero, la sacó del maletero, la asesinó y descuartizó. El mismo modus operandi aplicó con una trabajadora sexual.
Un expediente de la Fiscalía capitalina señaló a Calva como el responsable del asesinato de Olga Livia, una proefsora de inglés a la que obligó a ver películas de zoofilia y a tener relaciones sadomasoquiastas.
El poeta que no dejó una nota de despedida
Alejandra Galeana Garavito, la dependienta de una farmacia ubicada en la colonia Guerrero, fue la última víctima de "El Caníbal". Los padres de la mujer, quien entonces tenía 32 años de edad, presentaron una denuncia por su desaparición; para el 8 de octubre, las autoridades obtuvieron una orden para ingresar a la casa de su pareja: José Luis Calva Zepeda.
Al ingresar, lo primero que notaron fue el olor nauseabundo, además de rastros de carne en el sartén y unos limones, cuando abrieron el refrigerador se dieron cuenta que había restos humanos. Ese mismo día fue detenido el poeta, quien acababa de iniciar una nueva obra llamada '12 días', donde al parecer narró su crimen.
Él siempre negó que haya comido carne humana, pese las evidencias que se encontraron en su departamento ubicado en la calle de Moqueta 198. Cuando rindió su testimonio en el Hospital de Xoco saltó desde la ventana, esperando terminar con su vida, pero sólo obtuvo una conmoción cerebral.
El 24 de octubre de 2007, "El Caníbal de la Guerrero" ingresó al Reclusorio Oriente para cumplir una condena de 50 años, aunque sólo estuvo 48 días preso, ya que el 11 de diciembre terminó con su vida entre las 06:00 y las 06:30 horas, sin dejar una nota o algún verso final.