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COVID-19

Ómicron causa optimismo: científicos prevén largo periodo de calma

En países donde muchas personas han sido vacunadas o infectadas, lo peor finalmente puede haber pasado.

Aunque prevén un periodo de calma, los expertos también llamaron a no bajar la guardia.Créditos: Cuartoscuro
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Mucho se ha dicho sobre Ómicron, la nueva variante del COVID-19 que fue identificada en noviembre del 2021. Y aunque aún quedan muchas dudas, científicos prevén que podría llegar un periodo de calma tras la gran ola de contagios que causó en diversas partes del mundo.

En países donde muchas personas han sido vacunadas o infectadas, lo peor finalmente puede haber pasado, señalaron especialistas en Science, publicación científica.

“Hemos llegado a un punto de inflexión”, dijo Devi Sridhar, experta en salud global de la Universidad de Edimburgo, quien aseguró que es probable que la ola de infecciones haya aumentado la inmunidad a nivel de la población, lo cual significa que las futuras oleadas pueden causar incluso menos estragos.

Pero así como ven un buen presagio, también han advertido que no se debe bajar la guardia, esto debido a que si bien Ómicron ha demostrado causar una ola relativamente leve, puede suponer una enorme carga para los sistemas de salud y las sociedades en su conjunto, además de que no está claro cuánto durará la inmunidad, cómo evolucionará el virus a partir de ahora y con qué frecuencia las infecciones irruptivas conducirán a problemas de salud a largo plazo.

“Me mantengo firmemente en el campo de: Hemos logrado un gran progreso, pero todavía tenemos mucho camino por recorrer antes de que esto realmente termine”, dijo Boghuma Titanji, virólogo de la Facultad de Medicina de la Universidad de Emory, pues "me temo que los países ricos que avanzan empujarán los problemas del acceso a las vacunas y el acceso a las terapias hacia abajo en la lista de prioridades globales”.

No obstante, Ómicron se ha comportado de forma diferente en cada país, pues si bien en lugares como Reino Unido provocó que se decretara el fin de las medidas sanitarias, en naciones como Estados Unidos ha causado tantas muertes -más de 2 mil diarias- como Delta, la variante hasta ahora más letal.

Los países con una alta cobertura de vacunación, como Dinamarca, también han tenido un número asombroso de infecciones, pero con enfermedades y muertes mucho menos graves.

En Sudáfrica, lugar donde Ómicron fue secuenciada por primera vez, la variante causó un pico de casos a mediados de diciembre, y aunque las muertes siguen aumentando, el impacto general también ha sido relativamente leve.

Shabir Madhi, vacunólogo de la Universidad de Witwatersrand, dijo que es poco probable que Ómicron represente más del 5 por ciento de las muertes por COVID aquel país en comparación con aproximadamente el 50 por ciento de Delta.

Una encuesta serológica realizada Madhi en una cuarta parte de la población de Sudáfrica encontró que cerca del 70 por ciento de las personas no vacunadas portaban anticuerpos contra el SARS-CoV-2 al comienzo de la ola Ómicron. En la próxima encuesta, espera que ese número haya subido al menos al 85 por ciento, un nivel que debería preparar a Sudáfrica para un futuro posterior a esta nueva variante.

"Probablemente habrá otra ola, pero es muy poco probable que resulte en una tasa de mortalidad o de hospitalización más alta que la que ocurrió durante el curso de la ola de Ómicron", dijo.

A pesar de lo alentadora que puede resultar esta información, para Leif Erik Sander, inmunólogo del Hospital Universitario Charité en Berlín, aún quedan dudas, pues el pico de Ómicron es tan diferente de las variantes anteriores que aún no está claro cuánta inmunidad agregará o cuánto durará.

Si la inmunidad disminuye, crecería la cantidad de personas susceptibles a la infección. Aunado a esto, Delta también podría regresar.

El regreso de dicha variante dependerá de en parte de cuánto más transmisible sea realmente Ómicron que Delta. Ómicron se extiende tan rápido porque puede evadir la inmunidad existente de las personas, pero a medida que aumenta la inmunidad a Ómicron, esa ventaja se desvanecerá y las variantes pueden competir en igualdad de condiciones.

“Si todavía hay algo de Delta circulando en septiembre, entonces creo que puede haber coexistencia”, dijo Trevor Bedford, del Centro de Investigación del Cáncer Fred Hutchinson. “Y eso aumentaría su carga de enfermedad y aumentaría las complicaciones en la vacunación”.

Pero también queda la posibilidad de que las dos variantes puedan recombinarse para producir un virus que incorpore los trucos de evasión inmune de Omicron y la gravedad de Delta, dijo el virólogo Christian Drosten, también de Charité, o que aparezcan otras con nuevas combinaciones de mutaciones que eludan la inmunidad humana.

Un escenario en particular podría poner fin al nuevo optimismo: la aparición de una variante capaz de evadir no solo los anticuerpos humanos, sino también la respuesta de las células T, que protege de enfermedades graves y la muerte.