Las autoridades cubanas se han estado esforzando para devolver la electricidad a la isla este jueves, después de que el huracán Rafael dejara sin suministro de energía a 10 millones de personas.
La red se colapsó el miércoles por la tarde-noche, cuando el fenómeno azotó Cuba con vientos máximos de 185 kilómetros por hora, dañando viviendas, arrancando árboles y derribando postes telefónicos y de luz.
Este jueves por la mañana, el huracán se había desplazado 250 kilómetros al noroeste de La Habana, adentrándose en el golfo de México, donde ya no suponía una amenaza inmediata para la tierra, según informó el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos, con sede en Miami.
Rafael fue otro revés a la ya precaria red eléctrica del país del gobierno comunista, que hace sólo dos semanas se colapsó varias veces y dejó a buena parte de sus ciudadanos sin energía durante días.
Cuba trabaja para reconectar la red nacional de energía
El Ministerio de Energía y Minas dijo que ya había empezado a trabajar para reconectar la red nacional a última hora del miércoles, pero advirtió de que el proceso sería más lento en las zonas occidentales de la isla, las más afectadas por la tormenta.
Los trabajadores de emergencia habían devuelto la electricidad a algunos circuitos, dijeron los medios de comunicación estatales, aunque La Habana seguía en gran parte sin electricidad al amanecer del jueves.
Las decrépitas plantas de generación de petróleo del país han tenido dificultades durante décadas para mantener las luces encendidas, pero este año el sistema entró en crisis al reducirse las importaciones de crudo de los países aliados: Venezuela, Rusia y México. Los apagones de varias horas se han convertido en la norma en gran parte de Cuba.
Según las autoridades, el aeropuerto de La Habana permanecerá cerrado al menos hasta este jueves.
Los medios de comunicación estatales mostraron imágenes de tendidos eléctricos caídos, tejados metálicos esparcidos por las calles de la ciudad y ventanas destrozadas. Las inundaciones fueron generalizadas.
Rafael atravesó las Islas Caimán como un ciclón de categoría 1 en la escala Saffir-Simpson, de cinco niveles, antes de aumentar su fuerza en menos de 24 horas hasta la categoría 3, mucho más potente, cuando tocó tierra en la costa suroeste de Cuba.