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Semana Santa: 5 misterios de la pintura La Última Cena que no conocías

La obra maestra de Leonardo Da Vinci esconde distintos misterios y leyendas a su alrededor.

La Última Cena es una de las pinturas más enigmáticas de la historia.Créditos: Daniela Mena
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El cuadro de la Última Cena es una de las obras de arte más enigmáticas en la historia de la humanidad. Pintado alrededor de 1495 y 1498 por el artista renacentista, Leonardo Da Vinci, es una pintura llena de misterios, secretos y hechos insólitos.

Así que, cada vez que la veas en restaurantes, iglesias y en la casa de tu abuelita, mira con atención la obra, porque, aunque no sea original, puedes ser como Robert Langdon y encontrar muchos de los numerosos acertijos que guarda la pintura.

Ahora, en Semana Santa, en Radio Fórmula te contamos algunos de los principales enigmas de la pintura del genio y artista florentino.

Sobrevivió milagrosamente a un bombardeo

En 1943 los bombardeos de los aliados sobre Milán, durante la Segunda Guerra Mundial, alcanzaron el convento de Santa María de Gracia. De las cuatro paredes del refectorio, solo dos quedaron en pie. En una de ellas estaba pintada “La última cena” de Leonardo da Vinci.

En dicho conflicto bélico, los italianos, dirigidos por Benito Mussolini, pelearon junto con el ejército nazi de Adolfo Hitler. Sin embargo, fueron derrotados por las fuerzas aliadas.

La incursión militar aliada en Italia, lejos de encontrar resistencias, como sucedió en Alemania, tuvo respaldo de la población, la cual no estaba contenta con el régimen fascista instaurado en el país.

Siglos antes, el rey de Francia Luis XII invadió Milán y antes que destruir la obra, pensó, maravillado ante su belleza, en llevarla a su país, lo cual finalmente no sucedió.

¿En quién se basó para los rostros de Jesús y Judas?

La pintura ubicada en el convento de Santa María, a pedido de un duque, fue en principio un encargo modesto. Sin embargo, desató la obsesión de Leonardo, quien buscó hacerla una de sus obras más complejas. De hecho, uno de sus principales preocupaciones, es que no encontraba los modelos idóneos para Jesús y Judas Iscariote.

El historiador del arte Giorgio Vasari, contemporáneo de los renacentistas, cuenta que era tal la desesperación de Da Vinci, que recorría iracundo las calles de Florencia en busca de rostros que pudieran servirle de inspiración para Cristo y aquel que lo traicionó y entregó.

Una de las teorías señala que el rostro de Judas terminó siendo el del prior del convento, quien impaciente por la tardanza del artista, lo acusó ante el duque que encargó la obra con la finalidad de que lo presionara a terminar los trabajos.

¿Aparece una mujer en el cuadro?

Esta es una de las teorías más populares. En parte porque en El Código Da Vinci, del autor Dan Brown, así como en libro La Revelación Templaria, de Lynn Picknett, se asegura que la persona a la derecha de Cristo no es Juan, el apostol, como antiguamente se ha dicho, sino que se trata de una mujer: María Magdalena, quien ha sido vinculada afectivamente con Jesús... e incluso de haber tenido descendencia.

Los estudiosos oficiales señalan que (de izquierda a derecha), los personajes de la obra son: Bartolomé, Santiago, Andrés, Judas Iscariote, Simón Pedro, Juan, Cristo, Tomás, Santiago el Mayor, Felipe, Mateo, Judas Tadeo y Simón.

El misterio del rostro de Jesús

La pintura, que tiene unas medidas de 460 cm de alto por 880 cm de ancho, que está con una perspectiva de punta de fuga, que hace sentir al espectador como si estuviera dentro de la misma, tiene en el rostro de Jesús uno de los mayores enigmas.  

Una leyenda señala que, ante cientos de personas que quisieron ser el modelo de la imagen, Leonardo optó por un joven de 20 años, cuyos rasgos de inocencia y bondad eran perfectos para personificar a Cristo.

Cuando buscó al modelo para Judas, lo hizo de manera desesperada durante largo tiempo, con la finalidad de encontrar una mirada y un rostro perversos y llenos de maldad.

Al acudir a un calabozo en Roma donde le dijeron que podría estar el modelo idea, halló a una persona llena de cicatrices de la vida, la cual era perfecta para personificar al traidor. Cuando acabó de pintarlo, la leyenda, en un giro impactante, dice que el hombre le reveló a Leonardo que, en realidad, era el hombre que años atrás fue el mismo modelo que personificó a Jesús.

Asimismo, hay versiones que señalan que, ante el deterioro de la obra, pintada en fresco, el rostro que actualmente se percibe no es el que originalmente pintó Leonardo.

En tanto, Bruce Boucher, especialista del New York Times, indica además que el cuchillo entre Simón Pedro y Judas Iscariote es una señal de la posterior traición finalizada la cena.

Pinturas hermanas igual de misteriosas

La Última Cena tiene pinturas hermanas de otros artistas que también tienen misterios a su alrededor.

 En el cuadro de Juan de Juanes, el cáliz que aparece sobre la mesa reproduce el que se guarda en la catedral de Valencia que, de hecho, se cree que podría ser la auténtica copa utilizada por Jesús en la última cena.

A su vez, Salvador Dalí pintó “El sacramento de la última cena” siguiendo un patrón matemático.

Ahora que ya sabes estos misterios, la próxima vez que observes La Última Cena no la volverás a mirar de la misma forma.Con información de EFE.