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El truco para limpiar tu horno de microondas sin ningún esfuerzo

Siguiendo estos sencillos pasos, tu horno de microondas quedará limpio y desinfectado, listo para su próximo uso.

No necesitarás de costosos productos. Créditos: Especial
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Limpiar el horno de microondas puede ser una tarea tediosa, pero aquí te vamos a contar de un sencillo truco que te ayudará a dejarlo impecable sin esfuerzo. 

Para llevarlo a cabo no necesitas de costosos productos, únicamente requieres de artículos muy baratos que seguramente tienes en tu cocina

¿Cómo se limpia el interior de un microondas?

De acuerdo con la usuaria de Instagram @monalimentos, lo único que debes hacer es seguir los siguientes pasos que son bastante sencillos:

Coloca un bowl con agua dentro del microondas. Déjalo calentar durante uno o dos minutos. El vapor que producirá el agua ayudará a que las manchas se despeguen con mayor facilidad.

Después de calentar el agua, agrega la misma cantidad de vinagre al bowl. Sumerge un trapo limpio en esta solución. El vinagre, al ser un agente ácido, es excelente para eliminar grasas y manchas difíciles.

Usa el trapo empapado en la solución de agua y vinagre para limpiar el interior del microondas. Las manchas y residuos saldrán fácilmente gracias al vapor y al poder desengrasante del vinagre.

Una vez que hayas retirado todas las manchas y residuos, prepara una solución de cloro con agua según las instrucciones de tu envase y colócala en un atomizador. Rocía el interior del microondas con esta solución. Este paso es crucial, ya que el vinagre no elimina bacterias.

¿Qué pasa si no limpias el microondas?

Si no limpias el microondas regularmente, pueden ocurrir varios problemas, por ejemplo: se pueden acumular restos de comida y líquidos derramados, creando una capa pegajosa y difícil de limpiar.

Además, los residuos de comida pueden empezar a descomponerse, produciendo malos olores que pueden impregnar tanto el microondas como los alimentos que cocines en él.

Lo peor es que los restos de comida pueden atraer bacterias y otros patógenos, aumentando el riesgo de contaminación cruzada y potencialmente causando enfermedades alimentarias.

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