¿Eres fan de los animales exóticos, como los monos araña y te gustaría tener uno como mascota? Aquí te contamos si eso es posible en nuestro país.
Según la ley, en México sí se puede tener a un animal exótico como mascota, siempre y cuando no se trate de una especie en peligro de extinción, de acuerdo con la Norma Oficial Mexicana NOM-059-SEMARNAT-2010.
La Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) establece que las personas que estén interesadas en tener un animal salvaje como mascota deben realizar el Trámite 08-056 para obtener la autorización.
No obstante, el mono araña si es una especie considerada en peligro de extinción, por lo que adquirir uno como mascota se puede considerar un delito.
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En relación a este tipo de primate, el presidente de la Asociación de Zoológicos, Criaderos y Acuarios en México, Ernesto Zazueta, señaló que la venta de monos araña ha aumentado en México por la pobreza que azota las zonas de hábitat en las que residen, principalmente en estados como Chiapas, Campeche, el sur de Veracruz y Yucatán.
El activista añadió que la compra-venta de monos araña no sólo afecta al ejemplar adquirido, pues existe todo un proceso para conseguir a la especie, que incluso deja una importante cantidad de monos muertos.
¿Cuáles son las sanciones por tener un mono araña como mascota?
Es así que en México, la captura, venta y posesión de un mono araña o sus derivados, está prohibida y está tipificado como delito ambiental que prevé hasta 9 años de cárcel, además de 300 a 3 mil días de multa, así como posibles sanciones adicionales.
La Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) es la dependencia encargada de sancionar a los responsables de incumplir la ley con respecto a los animales que están en cautiverio de manera ilegal, además de resguardarlos y reubicarlos en su hábitat correcto.
Según datos de la Profepa, el mercado ilegal de mascotas es uno de los principales factores que contribuyen a la extinción de especies en su hábitat natural, por lo que exhorta a la ciudadanía a no adquirir ejemplares de vida silvestre sin la documentación que acredite que provienen de aprovechamientos sustentables autorizados o que fueron legalmente importados.