La champaña es una bebida alcohólica que se asocia con las personas de clase alta, algo similar ocurre con el caviar, aunque hay alimentos más exclusivos que consumen las personas adineradas. Lo que quizás nunca te has preguntado es cómo se elabora la bebida espumosa que solemos ver en las premiaciones; a continuación te lo decimos.
El primer aspecto a resaltar es que la champaña es originaria de la región de Champagne, ubicada al noreste de Francia y que colinda con Bélgica; de dicho sitio provienen las de mejor calidad y que son muy cotizadas en el mundo. Y el ingrediente principal para hacer esta bebida son las uvas, ¿el proceso es diferente al del vino? Te decimos.
¿Cómo se elabora la champaña?
La elaboración de la champaña pasa por cinco etapas: prensado, fermentación, ensamblaje, embotellado y maduración. En primer lugar se deben seleccionar las diferentes variedades de uvas, sólo se utilizan tres para crear esta bebida: chardonnay, meunier y pinot noir; cada una de las prensas tiene capacidad para procesar de 2 mil a 12 mil kilos de uvas.
Proceso para elaborar champaña:
- Procesar las uvas en las prensas cuya capacidad va de los 2 mil a los 12 mil kilos.
- Recoger el jugo en recipientes denominados belons y se añade sulfitado para controlar a las bacterias.
- Los juegos deben someterse a dos fases de fermentación: una alcohólica y otra maloláctica (es opcional).
- La fermentación se puede hacer en recipientes de madera o cubas de acero inoxidable.
- La bebida pasa por un proceso de clarificación y estará lista para su embotellado.
- En el embotellado se le añade el tiraje -una mezcla de levaduras y azúcares- que la hacen espumosa.
- Ya embotellada, la champaña pasa a un proceso de maduración (mínimo de 15 meses) a 12 grados.
- La botella con champaña se voltea (removido) para que las impurezas restantes vayan al cuello de la botella.
- Luego del proceso de removido, la botella pasa por un degüelle para eliminar estos residuos.
- Casi al final se le añade un licor de dosificación, que le da un sabor dulce.
- Se le coloca un corcho sujetado con un bozal; todas las botellas deben llevar sus etiquetas.
Uno de los procesos más importantes al momento de elaborar una champaña es el ensamblaje, cuando el jefe de la producción se encarga de darle una identidad propia a cada champaña, desde el volumen de alcohol, hasta las notas de aromas y sabores que tendrá, de acuerdo con información del Comité Champagne, que agrupa a los principales productores de esta bebida.
A su vez que el proceso de dosificación también resultará fundamental para la calidad de la bebida, pues los azúcares añadidos nunca deben superar los 10 mililitros para una botella de 750 mililitros. Una champaña dulce tiene hasta 50 gramos de azúcar, una semiseca entre 35 y 50 gramos, una 'brut' tan sólo 12 gramos y una 'brut nature' tan sólo tres gramos.
¿En qué se parecen el champaña y el tequila?
Si bien tanto la champaña como el tequila se tratan de destilados (el primero de la uva y el segundo del agave) que requieren un largo proceso de maduración, ambos se parecen en que cuentan con denominación de origen, esto significa que se les reconoce como bebidas alcohólicas que son características de una región en específico.
En el caso de la champaña, una persona debe revisar que en sus etiquetas tenga las siglas AOC (Appellation d'Origine Controlee), lo cual significa que cuentan con una denominación de origen, "es la expresión de un lazo íntimo entre una producción y un terruño (...) lo somete a reglas de producción y elaboración", refiere el Comité Champagne.
El mismo Comité refiere que la champaña se debe consumir como un aperitivo, durante el primer plato en una comida de varios tiempos o también como un maridaje para los pescados, carnes y quesos, algo que acostumbran las personas de la clase alta. Tanto en el caso de esta bebida como del tequila su consumo debe ser con medida.