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¿De dónde viene y qué significa ‘al carajo’?

Habitualmente, la expresión “vete al carajo” se utiliza cuando, impulsivamente, sentimos la necesidad de que alguien desaparezca de nuestra vista, pero ¿la usamos correctamente?

¿Aplicas correctamente la frase 'al carajo'? Aquí te contamos.Créditos: Radio Fórmula/ Juan Carlos García
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En México existen infinitas expresiones para referirnos a algo, lo cual se ha vuelto parte de nuestro léxico. Claro ejemplo es 'al carajo', pero pese a que se usa cotidianamente y en diversas esferas culturales, la mayoría desconoce qué significa y de dónde proviene la frase.

Habitualmente, la expresión 'vete al carajo' se utiliza cuando, impulsivamente, sentimos la necesidad de que alguien desaparezca de nuestra vista, por múltiples razones: nos molesta, nos está incomodando o porque nos estamos sintiendo agredidos.

Sin embargo, para los expertos en la lingüística la palabra 'carajo' se puede emplear de varias formas.

De acuerdo con la Real Academia Española (RAE), la palabra ‘carajo’ sirve para expresar sorpresa o contrariedad, mientras que ‘un carajo’ significa 'muy poco o nada'.

Pero, si decimos ‘al carajo’, estamos demostrando un fuerte rechazo de algo o de alguien. Por ejemplo: “Al carajo tus consejos”.

En lo que respecta al diccionario del Español de México, del Colegio de México, ‘mandar al carajo’ o ‘irse al carajo’ significa dejar de tomar en consideración algo o a alguien y abandonarlo o echarlo lejos de uno.

¿De dónde proviene la expresión ‘al carajo’?

Dentro de las diversas definiciones que constituyen la palabra ‘carajo’, se refiere a una pequeña canastilla o cesto que se encontraba en lo alto de un palo mayor de las carabelas de un barco; donde las vigías oteaban el horizonte en busca de señales de tierra.

Ilustrativa/Pixabay

Por ello, no es raro que la frase ‘al carajo’ surja de la época naval. La canastilla era un lugar inestable, donde se encontraban con mayor intensidad los balances y cabezas del barco, además, era difícil resguardarse de la lluvia y el viento.

Debido a esas condiciones, cuando un marinero cometía alguna falta se le mandaba ‘al carajo’ como castigo, pues permanecía en ese lugar horas o días enteros.

En ocasiones, estas estrechas cestas fueron construidas de mayores dimensiones, sobre la parte superior de lo que, posteriormente, se denominó 'cofa', que continúa siendo un lugar de castigo para los guardiamarinos en la actualidad. _ Con información de La Voz de Galicia.