Curiosidades

CRÓNICA

Leonora Carrington: un encuentro surreal con la artista en el Museo José Luis Cuevas

El 12 de febrero del 2009 hubo un evento con el pintor José Luis Cuevas, los escritores Carlos Monsiváis, Elena Poniatowska y Carlos Fuentes, además de Beatriz del Carmen Cuevas.

Este 6 de abril es el natalicio de la pintora surrealista. Créditos: Cuartoscuro
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El 10 de febrero del 2009 abrí el periódico y había una noticia donde informaban del homenaje “Leonora entre amigos”. Se decía que la gente estaba invitada a estar en el encuentro y así poder conocer a sus escritores.

No sabía si ir, pero al ver que sería la única oportunidad de acercarme a estos autores me aventuré a ir al Museo José Luis Cuevas.

La tarde era soleada, antes de llegar al recinto me percaté de la gran cantidad de camiones que había, unos llevaban comida, otras luces y cámaras. Una producción.

Faltaban unas horas para que iniciara el evento, solo que no sabía por dónde tenía que entrar. Al momento de ver la puerta principal me acerqué y le pregunté a una persona por dónde iba a ser el evento. Me vio, me pidió invitación y ante la falta de ello me tuve que salir.

Antes de dar el último paso, una mujer me llamó, no sé si era encargada del evento, pero me ofreció una invitación. No me la creía, ya podía entrar.

“La Giganta” vio cuando pisaba, de manera insegura, las baldosas del gran patio cuadrado. No sabía para dónde ir y me acerqué a una puerta a esperar a que dieran aviso del evento.

Transcurrió una media hora y en la explanada donde acomodaban las sillas alrededor de “La Giganta”, es ahí donde observé que una persona tenía el paso corto.

Me quedé congelado a un lado de la puerta, alguien se acercó para ayudarla, pero negó con la cabeza. Una persona sin preocupaciones del tiempo y espacio.

Se acercaba más, parecía lenta, pero sus pasos eran firmes. No temblaba, su bastón me llamó la atención, tenía una figura, no vi la forma, era algo surreal, no sabía lo que era.

Al estar a tres pasos de mí, me susurró. No escuché bien, su voz era ronca, cansada, baja. Un murmullo. Acerqué la cabeza para entender bien y con un acento inglés me habló.

-La ayudo. Comenté con un suspiro, del mismo modo que ella se comunicó conmigo. Ella me tomó del brazo y se aferró a mí.

-Me ayudas a subir. En la puerta había un escalón que no muchos se percataban. Al estar del otro lado, varias personas se acercaron. Sentí cómo los flashes salpicaban la luz, yo sin saber por qué hasta que uno gritó - ¡Maestra Carrington!

Al ver que era Leonora, ella giró su cabeza, me vio y sonrió. Siguió su camino.

Ese mismo día conocí a José Luis Cuevas. Conocía su obra porque había ido varias veces al Museo, no su persona.

Me acerqué y cruzamos unas pocas palabras, quería que me firmara algo, pero no contaban con algún libro sobre su obra y me disculpé. Él me preguntó si tenía un cuaderno y saqué uno de mi mochila, le pidió a su esposa una pluma y firmó una hoja blanca donde colocó la fecha. Escribió 13 de febrero, pero lo corregí, lo rayó y puso 12.