¿Eres una persona madrugadora? ¿Tu reloj biológico siempre te "despierta" muy temprano? Esta característica podría ser herencia de los neandertales, de acuerdo con una investigación publicada recientemente. Aquí te contamos más al respecto.
El trabajo 'La introgresión arcaica dio forma a los rasgos circadianos humanos', dado a conocer en la revista científica mensual, Genome Biology and Evolution, señala que los neandertales habrían dejado como herencia, por medio de variantes genéticas, diversas variaciones estacionales de la luz diurna.
El origen se remontaría al continente africano, donde todos los humanos anatómicamente modernos tienen su origen, una región donde también los factores ambientales moldearon muchas de las características biológicas que poseían.
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"Los antepasados de los humanos anatómicamente modernos comenzaron a migrar fuera de África, donde estuvieron expuestos a diversos entornos nuevos. En Eurasia, los nuevos factores ambientales incluyeron una mayor variación estacional en la temperatura y el fotoperiodo", explica el documento.
En resumen, se presume que la adaptación a los cambios en la cantidad de luz diurna se transmitieron a los primeros Homo sapiens a medida que salían de África hacia el norte y se encontraban y cruzaban con los neandertales. Esta herencia continuaría influyendo hoy en día, señalaron los investigadores que participaron en el estudio.
Nuestros antepasados respondieron a ambientes con diferentes ciclos de luz y oscuridad
Cuando los antepasados de los euroasiáticos modernos emigraron fuera de África y se cruzaron con los homínidos arcaicos euroasiáticos, es decir, los neandertales y los denisovanos, el ADN de ascendencia arcaica se integró en los genomas de los humanos anatómicamente modernos.
Este proceso aceleró potencialmente la adaptación a los factores ambientales euroasiáticos, incluida la reducción de la radiación ultravioleta y el aumento de la variación en la dinámica estacional.
Es importante mencionar que estos cambios en el patrón y el nivel de exposición a la luz tienen consecuencias biológicas y de comportamiento en los organismos.
"Estos resultados amplían nuestra comprensión de cómo los genomas de los humanos y nuestros parientes más cercanos respondieron a ambientes con diferentes ciclos de luz/oscuridad y demuestran una contribución coordinada de la mezcla al cronotipo humano en una dirección que es consistente con la adaptación a latitudes más altas".