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Padres ausentes, minería a cielo abierto y feminismo se hace presente en “La hija del francés”

Enrique Escalona rememora al movimiento feminista y la minería cielo abierto con esta novela.

Esta es la novela número 10 de Enrique Escalona. Créditos: Enciclopedia de la literatura
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Los apellidos son importantes en México, tanto así que tener registrado nada más uno hace creer que no eres mexicano o hay una ausencia en el hogar.

Es tanta la importancia que algunos sufren de “bullying” e incluso les llegan a recordar la ausencia de padre o madre, pero es aquí donde Enrique Escalona demuestra con humor negro las peripecias que envuelven a sus personajes.

Cuando la ficción se acerca a la realidad

A pesar de llevarnos a un lugar imaginario, las vistas y los pueblos que se leen en  “La hija del francés” (Montena) son característicos de los sitios más alejados de las grandes ciudades.

Y en la novela muestra lo complicado que es la vida de Atenea Vega y no nada más por su tonalidad de piel clara, sino porque es pelirroja y con un solo apellido.

Entre las burlas de sus amigos, la frialdad de su madre y el desconocer el paradero de su padre, hace que ese cuestionamiento se mantenga durante toda su infancia y sobresalga en la juventud, al decidir encontrar respuestas por su propia cuenta.

Pero Atenea se da cuenta de que su padre no es más que una leyenda y mientras cuentan historias de sus peripecias, ella no entiende por qué no quiere nadie que se entere quién es.

  • La naturalidad de que falte alguien en el hogar

La ausencia del padre se refleja en el texto y sobre este tema Escalona determinó que la novela se mantiene a pie gracias a esa leyenda o ese ser que hace falta en muchas casas mexicanas.

Al principio reflexionó y estudió a aquellos que “no tuvieron la fortuna de conocer a su padre”.

“No son personas que fueron abandonadas por su padre, son personas que ni saben quién es y eso es una duda que persigue y es un tema de la literatura mexicana”.

Aquí retoma a Juan Rulfo, aquel quien inmortalizó este tema con la historia de Pedro Páramo, “el cual es fundamental de la literatura mexicana”.

De igual forma, otro de los temas que destaca es la destrucción que ha causado en los últimos años la minería de cielo abierto en México.

“Eran lugares atractivos y que después me encontré que no había nada, era un escenario apocalíptico”. Esto dinamitó las ideas para que Atenea Vega investigue lo sucedido en esas minas.

Pero el ambiente y los sucesos en la historia se llega a percibir cómo Atenea es una adolescente que no está tan alejada a México o algún otro sitio de América Latina.

“Que sea una chica pelirroja, no es tan común en nuestros países”.

Es tanta la influencia que en la novela de Escalona hay esa intriga por querer saber más de la otra persona “queremos saber, preguntarnos, somos muy curiosos”.

Las dudas de Atenea impactan mucho al lector, no nada más al preguntarse sobre quién es su padre, sino cuando conoce la realidad del lugar de donde empezó el romance de sus padres y que ahora en su época se topa con policías armados.

“Cada vez los vemos más en nuestro país, pero si nos preguntamos es hasta ilógico poner a personas armadas detrás de una camioneta, expuestos a los topes, a accidentes y que se caigan”, el cual ironiza su día a día.

“Atenea nos muestra estas partes absurdas de nuestra realidad”.

Su inspiración para el único apellido se remonta en la preparatoria, donde uno de sus amigos contaba con uno y todo el mundo lo molestaba.

“Es el rasgo que marca mucho a las personas que tienen esta característica y de ser hijo natural, que es tener este registro por la madre y que nos marcan mucho”.

  • La influencia del feminismo en la novela de Escalante

Escalona también tuvo influencia de los movimientos feministas de estos últimos 10 años para poder crear a una Atenea fuerte y con un alma de libertad.

“Me parece que es la gran influencia cultural más grande de los últimos años y en la parte de la literatura tenemos a grandes escritoras que plantean cosas brillantes en su narrativa”.

Por esa razón hizo a Atenea con cierta empatía para “escuchar lo que ellas me cuentan para plantear situaciones”.

“La hija del francés” sucede en sitios imaginarios, pero con elementos muy realistas que uno puede creer que todo ocurre en México y por muy imposible que parezca, la narración que lleva esta novela muestra una realidad de la vida en campo, la minería y  la ausencia de los padres.