Aunque resulte sorprendente la Ciudad de México (CDMX) –una de las urbes más grandes del mundo- no sólo es habitada por más de 9 millones de capitalinas y capitalinos, pues también es el hogar de una de una de las especies endémicas de nuestro país: el tlacuache.
Estos animalitos habitan en prácticamente todo el país y a pesar de ser inofensivos están en peligro debido a la desinformación de las personas que suelen matarlos al confundirlos con ratas o por temor a que puedan transmitir enfermedades.
Los tlacuaches han logrado adaptarse a la expansión urbana en el Valle de México, por lo que en la actualidad aún es posible encontrarlos en zonas boscosas, algunos parques de la CDMX o incluso en zonas habitacionales.
Estos tiernos animalitos también han sido protagonistas de leyendas prehispánicas y hasta su nombre tiene su origen en una antigua lengua indígena.
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5 curiosidades de los tlacuaches
A continuación se enlistan son cinco datos curiosos que quizás no sabías sobre los tlacuaches, una especie endémica de México que se cree que ha habitado en la tierra desde hace millones de años.
1- ¿Qué significa tlacuache?
Este animalito es 100 por ciento mexicano desde su nombre, pues proviene del náhuatl tlacuatzin que significa “el pequeño que come fuego”:
TLA (fuego) + CUA (mordisquear o comer) + TZIN (pequeño) = TLACUATZIN
Los tlacuaches se ganaron su nombre gracias a una leyenda prehispánica que les atribuye haber regalado el fuego a los hombres.
2- Los tlacuaches son marsupiales
Aunque mucha gente suele confundirlos con ratas por su aspecto, los tlacuaches no pertenecen a la familia de los roedores sino a la de los marsupiales, lo que los convierte en primos de los canguros.
En México existen ocho especies de tlacuache:
- La Marmosa mexicana
- El tlacuache ratón
- El tlacuachillo acuático
- El tlacuache común
- El tlacuache norteño
- El tlacuache sureño
- El tlacuache dorado
- El tlacuache de cuatro ojos
Al ser marsupiales, los tlacuaches se caracterizan por terminar la gestación en el marsupio (bolsa) que las hembras tienen en el vientre, además de que las madres suelen cargar en el lomo a sus crías todo el tiempo hasta que crecen.
3- ¿Qué comen los tlacuaches?
Los tlacuaches son omnívoros por lo que comen prácticamente de todo, desde semillas, frutas o plantas hasta insectos, animales pequeños e incluso carroña (restos de animales muertos).
También suelen ser muy oportunistas, por lo que suelen buscar en los contenedores de basura de parques o unidades habitacionales en busca de alimento.
Por naturaleza los tlacuaches son una gran ayuda para el control de plagas pues se alimentan de arañas, garrapatas, gusanos, cucarachas y otros bichos.
4- Los tlacuaches son inofensivos
Aunque muchas personas suelen temerle a los tlacuaches y matarlos por su aspecto parecido al de una rata, la realidad es que son completamente inofensivos e incluso se hacen los muertos cuando se sienten en peligro.
Prácticamente nunca atacan a otro animal o a un ser humano, además de que no son una amenaza para la salud pública pues no pueden transmitir la rabia, a diferencia de las ratas y otros animales como los perros.
Los tlacuaches también son inmunes al veneno de las serpientes, razón por la que son usados para crear antídotos para salvar a las personas que han sufrido alguna mordedura.
5- La leyenda del tlacuache y el fuego
En el inicio de los tiempos las mujeres y hombres que vivían en lo que hoy es México no conocían el fuego, por lo que llevaban una vida triste comiendo comida sin cocinar y sufriendo por el frio de la noche.
El tlacuache, considerado como un animal insignificante, prometió encontrar el fuego y llevárselo a los humanos, por lo que emprendió un viaje para poder hallarlo.
Un día por fin encontró una fogata que era custodiada por un guardián –en algunos relatos es un gigante y en otros un animal- a quien engañó para poder robar una brasa, misma que llevó guardada en su marsupio.
Al notar esto el protector del fuego persiguió al tlacuache para golpearlo hasta dejarlo malherido y al borde de la muerte.
El pequeño animal volvió arrastrándose hasta donde estaban los humanos, quienes descubrieron que había podido llevar una brasa de fuego que había mantenido encendida en su cola y con la que pudieron tener fuego para cocinar y calentarse.
Se dice que por esta razón es que los tlacuaches no tienen pelo en la cola, pues todo se les chamuscó cuando robaron el fuego para regalárselo a los humanos.
¿Qué hacer si te encuentras un tlacuache en la CDMX?
En algunas zonas de la CDMX es común encontrar tlacuaches deambulando por las noches cerca de zonas boscosas, parques e incluso hurgando en la basura de zonas residenciales en busca de comida.
Si llegas a encontrarte con uno de estos animalitos no debes asustarte pues son completamente inofensivos, lo recomendable es no molestarlo y dejarlo continuar con su camino; en la mayoría de los casos se alejarán tranquilamente.
Pero si te encuentras con un tlacuache herido o que requiera de atención puedes llamar a la Reserva Ecológica del Pedregal de San Ángel, que depende de la UNAM, o a la Secretaría del Medio Ambiente de la Ciudad de México, en donde podrán brindarte orientación o acudir para auxiliar al ejemplar.