Tras unas excavaciones para hacer una fosa séptica, una familia de Yucatán se llevó una inesperada sorpresa al descubrir un cenote en el patio de su casa. El hallazgo de esta maravilla natural de manera accidental pronto llamó la atención de los vecinos y hasta de presuntos compradores extranjeros.
Esto sucedió en la localidad de Sotuta, en donde el propietario de la casa estaba haciendo las excavaciones y de repente se le fue la barreta hacia el fondo. Afirmó que han recibido ofertas millonarias, incluyendo una de un millón de dólares, pero decidieron no venderlo, de acuerdo con el portal de YouTube de Alejandro Xiinbal, quien entrevistó a la familia.
El dueño de la propiedad señaló que introdujo una varilla de seis metros, y fue cuando descubrió el cenote debajo de su patio. A pesar de recibir la tentadora oferta de inversionistas extranjeros, según dice la familia, continuarán viviendo en la propiedad. Además porque el cenote y el lugar ya no puede venderla, sólo comercializarla.
El cenote en su propiedad, como muchos en Yucatán, no puede venderse. La Ley de Aguas Nacionales en su artículo 38 establece que el dueño puede hacer uso de él, pero para evitar que se considere inalienable, es necesario solicitar una concesión.
¿Cómo se originan los cenotes?
"Un cenote se origina cuando una superficie de piedra de origen kárstico se disuelve, se colapsa y se produce la carstificación. La roca se disuelve por medio del agua de lluvia que viene acidificada por el dióxido de carbono del aire y por el proveniente de la descomposición de materia orgánica", explica un artículo de la UNAM.
Se tratan de depresiones geológicas que se forman a raíz de un proceso natural, y que luego se llenan de agua. Normalmente, los cenotes se encuentran interconectados por túneles subterráneos.
Existen varios tipos de cenotes, algunos de ellos se encuentran a cielo abierto y asemejan una alberca, otros se encuentran semiocultos en cavernas o están casi completamente cerrados y solamente puede accederse a ellos mediante pequeñas aberturas en la superficie. Unos más se encuentran dentro de grutas o cavernas de miles de metros de longitud y muy pocas personas pueden conocerlos.
Para los antiguos mayas, los cenotes no sólo eran reservorio de agua fresca y cristalina, sino también espacios sagrados. Creían que eran una puerta de entrada al inframundo, al Xilbalbá. Ahí se encontraba el origen de la vida, el lugar donde residían los muertos y eran un sitio al que sólo personas cercanas a los dioses tenían acceso.