Con el afán de servir al prójimo, Oscar, cuenta su historia de cómo llegó a ser sacerdote y bombero; primero pasó por el Seminario quien en ese entonces se aferró a la idea de estudiar en otro país, para después especializarse y pudiera dar clases en el Instituto de Laicos, pero lamentablemente no pudo hacerlo, y cayó en una profunda tristeza.
A la edad de los 27 años se ordenó como sacerdote, aunque estaba feliz de hacerlo, algo en su interior no estaba completo, estaba decepcionado; pero conforme pasó el tiempo y con amistades adecuadas fue sanando y pensó que lo más importante era llegar al cielo.
Un diciembre del año 2011 el padre Oscar quien en ese entonces era vicario de Nuestra Señora de Guadalupe, hacía muchas peregrinaciones, en una misa que estuvo presente le tocó a los Cuerpos de Emergencia, gustoso porque ya traía esa chispa de que le atraía esa área y tuvo una charla en aquel tiempo con el Capitán Abraham Aiza, quién en repetidas ocasiones lo invitaba al cuartel y diversas actividades que realizaban pero no se daba el momento.
Fue hasta el 5 de enero del 2013 cuando por primera vez el padre Oscar acudió al cuartel quien fue bombero por un día, ya que se puso el equipo, conoció como trabajaban, las instalaciones y le regalaron una gorra oficial; en mayo volvió de nuevo y le regalaron una playera, así pasaron los días, y en ese transcurso algo había cambiado para él y de inmediato fue al altar a platicar con Dios de una manera peculiar que él tiene como si fueran "cuates", pidiéndole le mostrara el camino correcto.
Cada vez que al Padre Oscar le tocaban bendiciones o misas dirigidas a los Bomberos su corazón se llenaba de gozo.
Hasta que el 22 de agosto del 2013 lo invitaron a la academia y a partir de ese momento el capitán Abraham Aiza lo nombró "el padre bombero", después siguió cada ocho días a practicar a la academia.
A finales de diciembre Monseñor Patiño le pidió cubriera una vacante por poco tiempo en Chavaxtla, pero antes debía pasar al cuartel donde le dieron un sobre amarillo que traía su credencial de nombramiento como cadete, en ese entonces se estaba dando cuenta de la obra de Dios y que ese era su camino que debía seguir.
Con 35 años de edad iniciando de bombero y con innumerables servicios vividos, recordó que su primer día de guardia no durmió, fue un martes 29 de abril del 2014 y también fue su primer aguinaldo que al recibirlo sus ojos se humedecieron porque se le vino el recuerdo de su madre, que en aquel entonces cuando era niño siempre le pedía cosas a su mamá cuando iban al súper mercado, pero siempre le decía que le iba hacer daño, conforme fue creciendo se dio cuenta que era porque no tenían el recurso y un día le prometió que cuando él ganará dinero le llevaría un carrito de despensa y con ese aguinaldo se lo llenó.
Para el padre Oscar el ser bombero era algo que quería hacerlo clandestino pero no pudo ser así, ya que en un accidente que se presentó el 19 de diciembre del 2014 perdió la vida el chófer de un tráiler, llegaron los reporteros a cubrir la nota y la gente curiosa, pero para Oscar era rezarle para que descansará su alma y de inmediato se puso su sotana y fue el centro de atención de todos, al otro día todo mundo hablaba del padre bombero y fue ahí donde se dio a conocer oficialmente ante la sociedad.
Situación que lo llevó a tener muchos problemas y dónde realmente empezaría la lucha para él ya que algunas personas, amigos y sacerdotes lo veían mal.
"El reino de los cielos se parece al tesoro escondido en un campo y yo vi esto en mi, quizá nunca me den una parroquia o una rectoría o un puesto, pero en este lado del rescate encontré el otro rostro divino que me faltaba"
También decía que veía a Dios en las confesiones, en los enfermos, en la consagración, pero siendo Bombero encontró la otra parte de Dios.
Aunque lo han señalado cómo un sacerdote que juega a ser soldado, que está loco, que mejor deje el ministerio que es un payaso, en aquel entonces estás palabras le afectaban, actualmente solo las deja pasar.
Hubo un suceso importante que al padre Oscar le dio la fuerza para seguir a pesar de la presión que recibía por todas partes, fue cuando su Santidad el Papa Francisco acudió a Morelia y fue invitado, emocionado celebró la misa a su lado y en un momento tuvo la oportunidad de platicarle su situación, el Papa le agradeció por haber ayudado a tanta gente a bendecirlos en su último momento y con eso tuvo para seguir siendo bombero.
Pasaron los días y el padre bombero quería ascender de cargo y busco a la virgen de Juquila quién hasta la fecha es fiel creyente y a todos lados lo acompaña. Habló con ella y le pidió que tuviera un mayor cargo en bomberos y también seguir permaneciendo hasta que su hijo se lo lleve, al pasar los días la virgen le hizo el milagro del cargo como vulcano y hasta el momento sigue sirviendo a la gente mediante dicho servicio.
Lamentablemente el padre Oscar recibió la noticia de que su madre había fallecido, sintiéndose solo y pidió a la virgen que ella lo adoptará como su madre, quién lo acompaña en su coche de copiloto con un escudo de bomberos, un casco y una palita que cuando era niño y se portaba mal su mamá la utilizaba.
Varias personas que lo ven llegar o lo ven pasar siempre le preguntan que quién lo acompañaba en su coche, el padre con una sonrisa solo les dice que es alguien muy especial; ahora el padre Oscar se encuentra cumpliendo al pie de la letra lo que Dios le mandó servir a la gente en su iglesia y siendo bombero; y que mejor acompañado siempre de su madre la virgen de Juquila.