En una de las colonias más antiguas de Gómez Palacio, en el Fraccionamiento del Bosque, dónde en algún tiempo habitaron quienes administraban la antigua Jabonera La Esperanza, existe una leyenda de duendes que hacen travesuras y aterrorizan a los vecinos del lugar.
Es en este punto de la Comarca Lagunera, donde surge la leyenda de las figuras de tres gnomos de barro que se encuentran encadenados, ya que cuentan que por las noches salían a la antigua estación del tren y hacían travesuras a los vecinos.
Son varias generaciones que han visitado la casa marcada con el 737 de la avenida Río Esperanza, en donde en el fondo se observa a los tres gnomos, los cuales con el paso del tiempo lucen con algunos raspones y extremidades rotas.
Precisamente, quienes se atrevían a pasar por este lugar, observaban para luego salir corriendo, pues decían que alcanzaban a ver que los duendes movían los ojos o los veían correr a lo lejos.
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Los enanitos de la Jabonera
Estos gnomos, también llamados “enanitos de la jabonera”, son pequeñitos seres de figura humana, de quienes, se dice, aún pueden sentirse rondar por el lugar, hacen toda clase de fechorías y travesuras, dando gritos a la vez para asustar a los transeúntes por las noches o a las amas de casa a quienes les escondían los trastos, aunque también para causar pavor, "pelaban" los dientes, dicen los antiguos habitantes de estos lugares.
En la sociedad, hay quienes los identifican con seres demoníacos, mientras que otros aseguran que son ángeles rebeldes expulsados del paraíso.
Vecinos de esta zona de la Comarca Lagunera, no logran creer o atribuir las travesuras que dicen hacer estos seres, sin embargo aceptan que pasaron cosas inexplicables dentro de su hogar luego de expresar que no creían en los tres duendes.
También hay quienes dicen que quien llegue a burlarse o a maldecirlos, a los pocos días les suceden cosas extrañas o se les pierden artículos que jamás vuelven a encontrar, pues se dice que aunque estén atados, en ocasiones logran zafarse de las cadenas.
Una vecina cercana a esta casa, comenta que ha habitado en la zona desde hace más de 20 años, y desde entonces los duendes han estado encadenados. Cuenta que lo que conoce es que esas figuras de los tres gnomos, primero se los regalaron a la última propietaria de esa casa, la señora Guijarro, esto hace ya más de 70 años.
Incluso, esta vecina señala que a ella le han ocurrido cosas extrañas:
“Una vez me paso que la escoba y el trapeador se llegaban a romper de la nada y al revisarlos tenían un corte perfecto al finalizar la madera del palo, y así también me pasó con los ganchos de la ropa, todo después de decirle a los que los visitaban que yo no creía en ellos"
¿Cómo son los duendes?
Uno de los duendes, el de gorro café y camisa azul, está sin un zapato, y sus facciones denotan enojo.
Otro de los gnomos, tiene un gorro rojo, está sentado en una silla, luce como el líder y el más sabio por su barba blanca reflejando experiencia, aunque esta figura no tiene ni manos ni pies y no se sabe por qué.
El tercer gnomo cuenta con un temple más tranquilo, tiene una vestidura rosada y gorro color azul, una pequeña barba negra, gafas y una pierna rota.
Los Guijarro, contaba entre los miembros de la familia, con un pequeñito niño que creció con la presencia de los gnomos encadenados, incluso se cuenta, que llegaba a cobrar un peso por cada fotografía de los incautos que no dejaban de visitar su casa y más, en Halloween, donde el hogar lucía adornado con telarañas, calabazas, calaveras y arañas, por lo cual eran de los lugares favoritos para los amantes del miedo.
Se desconoce que harán los nuevos propietarios con estos gnomos, pero por lo pronto continúan ahí como vigilando ese hogar y la colonia.