Múzquiz es un Pueblo Mágico de Coahuila lleno de cultura, historia y naturaleza; sus orígenes datan de hace 90 millones de años, es tierra de dinosaurios, y las evidencias de ello se pueden encontrar en su Museo de Paleontología, además cuenta con la presencia de etnias como los Kikapúes (los que andan por la tierra) y los Mascogos.
Su actual nombre lo lleva en honor al militar Melchor Múzquiz, nacido en 1790 en este municipio, quien llegó a ser presidente de México en 1832, bajo el nombre de Santa Rosa María del Sacramento, fue fundada como un presidio español en 1725.
Tribus de Múzquiz
En Múzquiz existe una zona que está habitada por la tribu Kikapú, quienes hablan el idioma kikapú, que es la única lengua álgica que subsiste en México.
Desde 1852, los kikapúes, indígenas originarios de Wisconsin, llegaron a esta región al emigrar hacía la frontera sur de Estados Unidos, huyendo de los conflictos bélicos que afligían la zona a causa de las expediciones colonizadoras europeas.
En una zona llamada 'El Nacimiento', en el valle de Santa Rosa, que forma parte de la cuenca hidrográfica del río Sabinas, en terrenos de aproximadamente 7 mil hectáreas, los indios kikapúes han conservado sus antiguas tradiciones y costumbres durante más de un siglo.
Fue el general Guadalupe Victoria, primer presidente de la República Mexicana, quien les otorgó estas tierras en Texas, sin embargo, debido a la guerra de 1847, este territorio pasó a formar parte de los Estados Unidos, por lo que en 1850, los kikapués solicitaron al presidente mexicano, José Joaquín de Herrera, les diera asilo en México. Tiempo después, recibieron del presidente Juárez estas tierras.
Los kikapúes cuentan con esta propiedad de la tierra de tipo ejidal. La población mestiza llamada "mexicana" habita en todo el municipio de Melchor Múzquiz y sus propiedades colindan con las de los kikapúes.
De igual manera, en la región se ubican los Mascogos o Los Negros Mascogos, una comunidad afroamericana descendientes de semínolas negros, quienes huyeron de la esclavitud de los Estados Unidos y, sin duda, junto a los kikapúes, han enriquecido la cultura de este municipio coahuilense.
Los kikapúes rechazaron regresar a territorio norteamericano
Los kikapúes defendieron tenazmente la frontera mexicana de cada ataque que quería entrar a territorio nacional, por lo cual el gobierno de Estados Unidos les ofreció reubicarlos en una reserva norteamericana, lo cual este grupo étnico rechazó.
Hacía 1873, unos 500 soldados norteamericanos, al mando del coronel Mackenzie, atacaron un poblado kikapú mientras los hombres se encontraban de cacería, y en este enfrentamiento fueron asesinadas 16 personas y capturaron a 39, entre los que había mujeres, niños y ancianos, a quienes se llevaron a Estados Unidos.
Los kikapúes formaron un consejo de guerra para perseguir a estos invasores en el desierto de Chihuahua. El gobierno mexicano no los dejó solos e interfirió con reclamaciones diplomáticas y ofreció el regreso voluntario de los kikapúes a Estados Unidos, si les regresaban a sus mujeres e hijos.
En 1873, 500 kikapúes buscaron llegar a la reservación de Kansas, de ellos, alrededor de 90, decidieron quedarse en México. Este grupo fue trasladado a Saltillo, de ahí se dirigieron a Durango y, en 1874, 22 familias regresaron a repoblar 'El Nacimiento' (Múzquiz) y a seguir defendiendo la frontera.
Los kikapúes tienen su propia forma de vida. Un buen Kikapú debe cumplir los mandamientos de Kitzihaiata, el Dios que los escogió para poblar la Tierra, deben cumplir con la iniciación y ritos de cacería del venado, fuego sagrado, bautizos, año nuevo, purificación, cantos, oraciones y ayuno. Debe estar preparado para el día de su muerte.
De su animal sagrado y centro de vida, utilizan la piel, los huesos, la lengua y la carne. Creen que cuando un venado muere en el ritual, vuelve a la vida, creen que si el venado se extingue, se extinguirá también el mundo Kikapú.
Desde hace siglos, la estructura social de la tribu se mantiene vigente. Cuentan con un jefe espiritual que a su vez es el sacerdote, el hombre sabio y justo; encargado además de realizar las ceremonias, bautizos, despedida de los muertos y vigilar que las ofrendas a los espíritus se cumplan, así como, el cuidado de la tierra.
El clima y vegetación de Múzquiz
Como casi todo el territorio coahuilense, Múzquiz cuenta con un clima seco semicálido y con presencia de ocasionales lluvias durante el verano. Su vegetación es boscosa formada por abetos, alamillos, cedros, encinos, oyameles, pinos y particularmente árboles los sabinos.
Gastronomía de Múzquiz
La carne asada, el cabrito, el cortadillo de res, el chorizo machaca, y los quesos y panelas son parte de la cultura culinaria de esta región, incluso cuentan con una botana muy popular, hecha de cacahuates fritos sazonados con ajo; y entre sus ricos postres puede probarse los helados, los elotes, los dulces de nuez y piloncillo, y una raspa de limón.
Además, dentro de su trabajo artesanal, en Múzquiz se pueden encontrar figuras en fluorita, un mineral considerado como una piedra espiritual de limpieza, purificación y equilibrio que predomina en la región.
Asimismo, realizan los habitantes del lugar placas conmemorativas, pisapapeles; artículos de talabartería, taguas indias, y silleteros.
¿Qué visitar en Múzquiz?
En Múzquiz se puede visitar el Museo Histórico de Múzquiz, el Museo de Paleontología y el Museo Quinta Julio Galán Romo, éste último rodeado de naturaleza y el mismo que resguarda la obra del afamado pintor mexicano Julio Galán.
También se puede visitar la Iglesia de Santa Rosa de Lima, un edificio que fue construido a mediados del siglo XX.
De igual forma se puede acudir a la alberca natural del Parque La Cascada, donde se podrá disfrutar de una tirolesa, un restaurante, canchas para practicar voleibol y hasta de teatro al aire libre.
La Capital de la Montura
A Múzquiz se le conoce como la Capital de la Montura, y es que el 31 de marzo de 2019, artesanos de Múzquiz recibieron el reconocimiento del adjudicador de Guinness World Records, debido a que fabricaron la silla de montar más grande del mundo.
Sus dimensiones son 3.18 m de alto, 1.31 m de ancho y 2.14 de largo, que hacen que se supere en un 20% la hecha en Portugal.
Esta montura se puede visitar en el Museo de la Ganadería, el cual es el único recinto dedicado a dar cuenta de la evolución de la producción ganadera de Coahuila.