Lleno de maravillas naturales, el municipio de Guerrero, Coahuila es un destino para los amantes de la historia, la naturaleza y los Pueblos Mágicos, además de que su patrimonio arquitectónico es rico en relatos y leyendas.
La historia de este lugar data del año 1700, cuando misioneros españoles fundaron tres misiones y un presidio, hasta que en 1827 el poblado fue elevado a villa por el congreso de Coahuila y nombrado así en honor al héroe insurgente el General Vicente Guerrero.
Guerrero, se nombró como Pueblo Mágico en 2015, y es de los favoritos entre los amantes de la caza de diversas especies. Está ubicado en la Región Norte de Coahuila y limita con Nava, Hidalgo, Juárez y Villa Unión, así como con Estados Unidos.
La Misión de San Bernardo
Guerrero, Coahuila asumió un papel protagónico para la vida de evangelización católica de Texas. Con el establecimiento de la Misión de San Bernardo por ahí de 1702 trajo consigo a los primeros grupos de colonizadores que partieron hacia el norte del río Bravo y fundaron lo que hoy es San Antonio, Texas.
Incluso las ruinas de La Misión de San Bernardo, conservan vestigios de su pasado novohispano; en sus paredes se esconden cientos de historias que le han dado identidad a México.
La construcción de este lugar fue lo que originó la fundación de Guerrero, con su conjunción de la misión-presidio, lo cual era algo muy común como defensa a principios del siglo XVIII ante los ataques de las tribus seminómadas que moraban en la región, y precisamente de aquí surge la importancia de esta misión, de donde monjes franciscanos supieron atraer a los miembros de las etnias, por lo que llegó a tener una importante cantidad de indios congregados en sus terrenos de altos pastos y tierras fértiles.
En esta misión, aún y con el trabajo realizado por los franciscanos, la evangelización fracasó, ya que las tribus del norte no aceptaron caer en la esclavitud y el resguardo de los españoles, generándose una guerra que concluyó hacía inicios del siglo XX, por lo que los misioneros tuvieron que abandonar esta fortaleza religiosa y buscar otro lugar para establecerse.
Las ruinas de la Misión de San Bernardo son la prueba de la mezcla cultural de nuestro país que partió de la colonización, así como de la fuerza religiosa con la que los franciscanos evangelizaban a los indígenas de la región, y a decir de los historiadores, este vestigio fue uno de los que albergó a más número de seguidores.
Guerrero, Coahuila: un Pueblo Mágico poco conocido
Un dato interesante que se puede destacar de este municipio, es que Evaristo Madero, el político, empresario y abuelo del presidente Francisco I. Madero, nació aquí en 1828.
Además, Guerrero cuenta con un gran estilo arquitectónicos de los siglos XVIII y XIX dentro sus panteones municipales, los más importantes: el Panteón de la Congregación San José, el Panteón de Guadalupe y el Panteón de Guerrero, en este último se encuentran los restos de la bisabuela de Francisco I Madero, personaje trascendental de la Revolución Mexicana.
Otro sitio por conocer es la Plaza de Armas, que cuenta con un kiosco de 12 arcos, frente a ella se ubica la parroquia de San Juan Bautista que alberga una imponente campana fabricada en 1851, y numerosas representaciones pictóricas de santos, valuadas como patrimonio artístico. Además, cada 24 de junio se celebra el aniversario de este santo, llevándose a cabo danzas, música y una procesión en la que participa todo el pueblo.
También está la Casa de la Cultura, la cual fue edificada en 1846, y es un espacio donde pintores, escultores, bailarines y poetas pueden difundir sus trabajos. Este lugar tiene un teatro techado, uno al aire libre, biblioteca, patio colonial, salas de talleres y exposición, así como, un museo donde se muestra la historia del lugar.
El Parque Ecológico la Pedrera, es otra de las zonas turísticas de este municipio, aquí se puede observar un arroyo, mismo que alimenta la alberca y chapoteaderos, hay un área con palapas, asadores y canchas de voleibol de playa. Durante un tiempo estuvo cerrado, ya que existió una gran sequía en el poblado, pero reabrió sus puertas en 2016.
De igual manera está el Lago El Bañadero, donde sus impresionantes áreas verdes hacen que sea un lugar perfecto para tener contacto con la naturaleza. En el correr del agua de este lago habitan robalos y otros peces que han servido de alimento a los guerrerenses, además es hábitat de la tortuga blanca, la única comestible de las tres especies que viven en el lago.
Asimismo, este Pueblo Mágico cuenta con ranchos cinegéticos en donde los aficionados a esta actividad pueden cazar venado cola blanca, guajolote, pato, paloma y codorniz. Entre los ranchos más importantes se encuentran el de Rio Grande, La Burra y El Saladito.
¿Qué comer en Guerrero, Pueblo Mágico de Coahuila?
En la gastronomía tradicional de este Pueblo Mágico resalta la parrillada con machacado, un platillo típico del norte de México, que se prepara con carne seca de res desmenuzada, huevos y en ocasiones salsa picante.
Asimismo, la comida que más destaca en Guerrero es la carne asada y chorizo, los tamales, frijoles rancheros, fritada (carne frita) y pan de maíz.
Dentro de la artesanía de este lugar se puede disfrutar de la madera tallada, las piedras labradas como molcajetes, las figuras de animales y los clásicos llaveros tejidos en talabartería de la región.
La Casa del Diablo, un relato de la vida real
Este municipio de Coahuila, está lleno de leyendas, pero también de historias que han dejado pensando a sus habitantes, ya que han surgido hechos sobrenaturales, que no se han podido explicar.
Uno de ellos es el ocurrido en la llamada “Casa del Diablo”, donde incluso hasta un cuadro firmado por Lucifer se ubicaba en esta morada.
Todo aconteció por allá del año 2008, en un atardecer de otoño, donde nueve albañiles procedentes del municipio de Lamadrid, Coahuila, así como de Monterrey, fueron testigos de una de las más terribles experiencias de su vida, tan así fue que uno de ellos quedo totalmente perturbado, con un aspecto desequilibrado y tan solo susurraba la frase “el señor está muy enojado, no quiere que entren... el señor está muy enojado”, esto después de averiguar de donde provenían unos extraños ruidos, fuertes vientos y la presencia de fuego que misteriosamente no afectó la vivienda.
En esta casona se hizo presente una extraña fuerza que mantuvo a este albañil dentro de una habitación, esto pese a los esfuerzos de su compañero por rescatarlo.
En el relato de los hechos, se describió que el 15 de octubre, tras una fatigosa jornada en la aplicación y grabado de cemento alrededor de la plaza principal del pueblo, los albañiles, traídos por una constructora para la obra, se habían dispuesto a preparar la cena antes de descansar en esta casa donde se hospedarían, la cual fue propiedad del fallecido Virgilio Farías de los Santos, ubicada en las calles de General Raúl López Sánchez y Ramos Arizpe.
Los albañiles se disponían a comenzar con la preparación de su cena, cuando de pronto, escucharon lamentos de una mujer junto con un fuerte viento que hacía rechinar la abundante Nogalera del enorme patio de la casa.
Ante ello, salieron alarmados, sin embargo al observar el sitio se dieron cuenta que no se movía una sola hoja ni se sentía viento.
Entonces comenzaron a preguntarse entre ellos que habría sido lo que ocurrió, de inmediato comenzaron a oír como si cayeran al suelo cazuelas y otros utensilios del hogar en la cocina, así como fuertes de cadenas arrastrando.
De inmediato ingresaron al a casa, pero se dieron cuenta nuevamente que todo estaba en orden, pero al no estar a gusto con lo que estaba ocurriendo, se dieron a la tarea de explorar en las habitaciones, buscando si en alguna de ellas se había caído algo como para provocar los ruidos que escucharon.
No habían encontrado nada, hasta que llegaron a la última habitación de la casa, misma que se mantenía cerrada con una añeja puerta de doble hoja de madera que por su desgaste, no alcanzaba a cubrir toda la entrada y tenía rendijas o hendiduras a su alrededor.
Los albañiles se dispusieron a abrirla, cuando otro intenso ruido los hizo sospechar que algo en esta habitación se había venido abajo, lo que los desconcertó aún más.
Repentinamente, de las hendiduras de la puerta empezaron a salir flamazos y los ruidos se hicieron cada vez más intensos al interior de esta misteriosa habitación, por lo que ante el terror que sintieron, huyeron corriendo hacia el exterior de la casa.
Al no quedarse con la duda de lo que estaba pasando, uno de los albañiles, identificado como Juan, quien provenía de Monterrey, decidió que regresaría para saber qué era lo que realmente estaba pasando, y tras él fue uno de sus compañeros.
Al llegar a la habitación, abrieron la puerta, pero al hacerlo fueron jalados por una fuerza extraña que los condujo al interior.
Juan iba por delante, y no pudo salir por más que su compañero trató de sujetarlo, por lo que Juan quedó dentro del cuarto, cerrándose la puerta de manera violenta, y escuchándose gritos y ruidos como si lanzaran muebles y objetos.
Al ocurrir esto, todos los compañeros de Juan acudieron para tratar de abrir esta puerta, por varios minutos estuvieron intentando, hasta que lo lograron y encontraron a su amigo en un total shock, hincado y sostenido del respaldo de la vieja cama, con un gesto de terror y respirando tempestuosamente.
Rápidamente, acudieron a que le brindaran atención médica en el Centro de Salud de la localidad, y posteriormente fue llevado a Piedras Negras, pero lo regresaron a Guerrero, donde pobladores de este municipio que se enteraron del insólito hecho, lo llevaron a la Parroquia de San Juan Bautista, donde lo acostaron frente al altar y rezaron por él.
Mientras esto ocurría, Juan, solo repetía: “El señor está muy enojado... el señor está muy enojado”.
Algunos de los compañeros de Juan, se quedaron a seguir trabajando en el municipio, aunque ya hospedados en otra casa, otros más regresaron al día siguiente a su natal Lamadrid y Juan fue trasladado a Monterrey, aún con el pavor registrado en su rostro por lo acontecido y sin poder hablar. Hasta ahora, nadie sabe qué pasó realmente ni en la casa ni con los trabajadores de la construcción. Lo último que se escuchó decir, es que Juan había quedado desquiciado.
Nadie hasta la fecha ha encontrado una explicación a lo que sucedió en esta vieja casona de casi tres siglos de antigüedad, y en donde en una de sus cornisas se puede leer la frase:
“Gloria a Dios en las Alturas... año 1815”.
De igual manera, en una de sus habitaciones, entre fotografías de la familia y muebles, hay un cuadro pintado, según la firma que aparece, por LucyFer y fechado en l987.
Según se cuenta, frente a esa casa existió el cuartel militar en la época en que se trataba de terminar con los indios salvajes que llegaban al pueblo a cometer atrocidades.
El propio exalcalde de este municipio, Jesús Saucedo, declaró que se dice que a muchos de los indios rebeldes, las tropas los asesinaron precisamente en esa casa y por ello se cree que hay almas en pena ahí.