Viesca es uno de los siete Pueblos Mágicos de Coahuila, y cuenta con atractivos como las Dunas de Bilbao, pero también goza de una gran gastronomía en la que ofrece sus exquisitos y tradicionales dulces de leche quemada, gorditas de horno, los productos elaborados a base de dátil, el asado, la reliquia con sus siete sopas, así como sus tradicionales panecillos rosados conocidos como "mamones".
Ese nombre "mamones", suena tal vez a lo que coloquialmente decimos en México a personas no muy agradables o cuando se mama como lo hace un bebé al tomar leche materna. Y es que el verbo mamar, de acuerdo con el Diccionario de la Real Academia de la Lengua, significa “atraer, sacar, absorber o chupar con los labios y la lengua la leche de los pechos”.
Pero si le dices a alguien así, podría significar algo como que deje de exagerar o alguien que dice puras cosas sin sentido o que miente que en el último momento se echa para atrás, o simplemente alguien que no cae bien al no ser tan agradable de carácter. Pero en este caso, se usa para nombrar a un panecillo rosado muy rico, una especialidad de Viesca que si tienes la oportunidad, debes probar.
¿Por qué se llaman 'mamones' a los panes y cómo se prepara en Viesca?
Estos panes rosas se conocen como “mamones” debido a que chupa o absorbe el almíbar de piloncillo, azúcar o jarabe con el que a veces se prepara.
Aunque también algunos de los pobladores de Viesca mencionan que el nombre se debe a que los bebés, quienes dicen que, al mamar se les ponen coloradas las mejillas y de ahí el nombre de mamones por su color rojo escarlata.
Pero como sea que fuera el origen de su nombre, este panecillo se come como cualquier otro pan, pero los “mamones” tienen un sabor especial.
En su preparación, este pan es de forma rectangular y se hace con harina integral, un poco de manteca y azúcar que llevan una preparación especial.
En el primer día se pone en el horno de leña; el segundo día se remoja en un jarabe de almíbar o especie de glaseado que les da un tono rojo escarlata que, además, sirve como conservador natural para que duren más tiempo.
Finalmente, se logra la consistencia que debe tener una deliciosa pieza de pan: dulce, suave y esponjoso.
Un pan artesanal
Con todo lo anterior, se puede notar que se trata de un pan artesanal, ya que cuenta con un importante proceso de elaboración, pero al momento de disfrutarlo es una delicia que puede comerse chopeados con leche, café o chocolate.
Hay diversos negocios y casas que preparan este panecillo, y algunos de los que lo elaboran tienen como dato que la receta de los mamones podría datar desde hace 150 años, el secreto de este singular producto viesquense está en su triple amasijo.
La elaboración de los “mamones” tradicionalmente se hace en hornos hechos de adobe, los cuales son muy concurridos en las casas de Viesca, ya que ahí se preparan diversos platillos de la gastronomía de este municipio de la Laguna de Coahuila, sin embargo, existen lugares donde las personas los hacen utilizando estufas convencionales para su preparación y sin la técnica del amasijo que tanto presume el viesquense.
Su popularidad es el mayor atractivo dentro de las atracciones de las ferias que se celebran durante el año en este municipio, por lo que es buscado siempre por visitantes y oriundos del lugar.
Artesanías y otros platillos culinarios de Viesca
Viesca también se caracteriza por otro tipo de gastronomía como lo son sus “reliquias”, la cual consiste en un asado de puerco con siete tipos de sopas hechos en hornos de adobe y madera de mezquite para darle el sabor tan especial, reconocido internacionalmente.
Dentro de sus postres están “Las quemadas”, “La fruta cristalizada”, “Los camotes” y “Las biznagas”, y como digestivo, se encuentra el “Sotol”, una bebida típica del pueblo, la cual es extraída del agave amarillo con su característico sabor ahumado.
Y en las artesanías se puede ubicar un grandioso tejido elaborado a mano con material vegetal de la región, luciendo la técnica del deshilado y bordados magistrales.
Además del pan rosa, el Pueblo Mágico de Viesca también se caracteriza por la fabricación de sarapes, las carpetas, sin dejar atrás las telas elaboradas con máquinas rudimentarias; de la misma manera los trabajos de ónix en lámparas de diversos diseños.