El anuncio de una fábrica de Tesla en Nuevo León y el nearshoring han hecho que más inversionistas se entusiasmen en el mercado mexicano, afirma Mario Hernández, socio Líder del segmento IMMEX de KPMG México.
En entrevista para Grupo Fórmula, el ejecutivo asegura que es un buen momento para el país al generar confianza entre otras armadoras de autos que buscarán esquemas de nearshoring donde habrá otros competidores que no necesariamente se dedican a la construcción de vehículos como Apple, Google y Amazon.
“México sigue siendo muy atractivo por la localización geográfica al ser vecinos de Estados Unidos. Hay nuevos jugadores en el área de autos eléctricos donde no sólo las armadoras tradicionales participarán en el mercado, hay muchos más, y la señal que se manda con la llegada de Tesla permitirá a contratistas, manufactureros y plantas armadoras visualizar a México como un atractivo competidor”, dijo Mario Hernández.
De acuerdo con la encuesta ‘Los líderes automotrices se preparan para aprovechar grandes oportunidades’ –publicada por KPMG–, la existencia de nuevos jugadores en el mercado de autos eléctricos como Apple, Google y Amazon que no son armadoras pero que tienen los conocimientos para fabricar este tipo de vehículos.
Sin embargo, México tendrá que competir con países de Asia como China, Vietnam, Tailandia y Corea que buscarán satisfacer la demanda de ese lado, incluso, de no tener la capacidad de respuesta que requiere el mercado, México podría dejar oportunidades que podrían ser aprovechadas por países de Centroamérica.
Nearshoring, buena noticia… pero no tanto
La guerra comercial entre Estados Unidos y China ha hecho que cada vez más empresas quieran acercar la producción al territorio de consumo o lo más cercano a los más importantes mercados.
Pero esto provoca que México tenga la necesidad de acelerarse en temas de creación de infraestructura carretera y políticas adecuadas con incentivos fiscales atractivos, seguridad pública y recursos humanos capacitados.
“La planta en Santa Catarina, Nuevo León (de Tesla) es un detonador para la economía, pero también es un detonador de posibles problemas sociales. Va a requerir más gente, va a competir con las plantas establecidas en la región para la atracción de talento humano y puede generar asentamientos en lugares donde no estaban contemplados para que estén cerca de las plantas” explica Mario Hernández.
De acuerdo el análisis de KPMG, tanto ciudades fronterizas como aquellas establecidas en el Bajío, empiezan a tener problemas de disponibilidad de recursos humanos en cuanto, lo cual genera guerras de costos que afectan directamente a las empresas.
De acuerdo con datos del Banco Interamericano de Desarrollo, se prevé que México atraiga al menos 35 mil millones de dólares por relocalización de empresas, entre ellas las que están relacionadas con la fabricación de automóviles eléctricos pues se espera que el mercado crezca alrededor de 40 por ciento con respecto a sus ventas totales para 2030.