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La Reserva Ecológica del Pedregal de San Ángel de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) será la nueva casa de diez ajolotes, enigmáticas especies que a lo largo de la historia, han sido representativas de la cultura del Valle de México.
El doctor Luis Zambrano González comenzó a estudiar a los ajolotes hace 12 años y la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio) lo invitó a realizar un estudio de la población de estos animales en Xochimilco.
"Al principio estaba interesado en otros temas, pero a los seis meses de haber iniciado el proyecto me enamoré tanto de Xochimilco como del ajolote”, comentó.
En entrevista para la Agencia Informativa Conacyt, el investigador del Instituto de Biología (IB) de la UNAM y secretario ejecutivo de la Reserva Ecológica, explicó cómo fue el nacimiento del proyecto, así como los retos y objetivos del mismo.
La investigación surgió porque el Club Universidad Nacional AC, a través, del ingeniero Emilio Pacheco, mostró interés en albergar a dicha especie en los lagos que se encuentran en la mencionada reserva ecológica.
"A partir del proyecto que he llevado en Xochimilco, en donde he observado cómo ha bajado la población de ajolotes, se pensó en tener diversos albergues para tener un stock que permitiera contar con variabilidad genética y con ecofisiología de esta especie silvestre”, expuso el doctor.
De acuerdo con Zambrano González, hay tres razones fundamentales para la extinción del ajolote en Xochimilco: la calidad del agua, la urbanización y las especies introducidas.
"La calidad del agua ha cambiado de manera diferencial en todo Xochimilco”, comentó el investigador y agregó que el uso de pesticidas y herbicidas en los invernaderos es una de las causas de muerte del animal.
En cuanto a la urbanización, detalló que es un factor que contribuye a la extinción de la especie, porque "el ajolote se estresa mucho por la presencia de la actividad humana. Tener un edificio afecta negativamente la distribución del animal”.
Aunado a ello, como parte de un proyecto de acuicultura, en la década de los 80 se introdujeron al lago de Xochimilco carpas y tilapias. Para el especialista, esto ocasionó un desastre ecológico, porque se desconocían los efectos que generarían dichas especies, que actualmente representan el 98 por ciento de la abundancia de animales en los canales.
De acuerdo con cifras señaladas por el especialista en 1998 había 6 mil ajolotes por kilómetro cuadrado en Xochimilco, actualmente hay menos de uno por kilómetro cuadrado.
"El análisis de viabilidad poblacional que hicimos en 2004, indicó que para 2018 se extinguirían si las circunstancias siguen igual. La situación no ha cambiado, lo cual sugiere que van rumbo a la extinción”, expuso.
En total, la REPSA albergará diez ajolotes y estarán divididos en tres jaulas. A la par del proyecto de monitoreo, se busca comenzar con uno de restauración de los lagos "para que a corto plazo se compruebe que el ajolote puede vivir ahí. Entonces podremos hacer liberación de los mismos”, refirió.
Sobre las características que deben tener los lagos que albergan a estos anfibios, el entrevistado detalló que ya se realizó un estudio de la calidad del agua, en el cual se determinó que es adecuada y permite buena visibilidad. "La estructura trófica debe ser adecuada.
Debe tener plantas, insectos de distintos tipos, acociles, peces y zooplancton. Así, el ajolote podrá interaccionar con ellos”, explicó.
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