Don Juanito y Dorita, son dos maestros que siempre amaron su profesión, ambos trabajaban en el Centro Regional de Desarrollo Educativo de Ciudad Madero.
Dorita hacía varias funciones en las oficinas, muchos compañeros la recuerdan como una persona amable y sonriente, nunca se negaba a colaborar aunque fuera después de su horario.
Ella falleció hace algunos años, pero su ausencia no se extraña, porque en ocasiones se escuchan sus ¡Buenos días! por las mañanas cuando los colaboradores del CREDE van llegando a laborar; se dice que su voz resuena entre los pasillos.
Antes, comenta la profesora Lorena Hernández Barrera, Jefa de la dependencia, que se sorprendía cuando se escuchaba que alguien subía las escaleras hacia el segundo piso, aceleradamente, como Dorita lo hacía, pero ahora ya están acostumbrados.
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También se escucha que caminan en la segunda planta en donde era su oficina, su espacio de trabajo, pero los maestros no temen, porque ella era una persona noble. Lorena comparte, que incluso en ocasiones mencionan su nombre pidiendo algún consejo o cuando hace falta su mano para sacar adelante algún trabajo.
Juanito, ese si era un profesor muy travieso y, actualmente, aunque se fue de este mundo a principios del 2023, sigue haciendo de las suyas, pues de acuerdo con los colaboradores del lugar, el profesor abre y cierra las puertas de las oficinas, aunque sea horario de trabajo y se encuentren los maestros al interior de ellas.
El maestro Juanito también era muy activo y ocurrente, como podía estar un día en recepción, al siguiente llevaba el registro de las actividades de cada escuela pública en la urbe petrolera.
El profesor difunto hacía bromas cuando todos estaban muy ocupados, de pronto decía que habían madres inconformes afuera del CREDE y en otras ocasiones aseguraba que habían entrado a robar. Lorena Hernández, comenta que hace algunos meses comenzó a abrirse la puerta del sanitario en su oficina. Aunque se encuentre bien cerrada, se abre, la cierra y se vuelve abrir.
No le daba importancia, pero un día estaba por la tarde-noche haciendo sus reportes de actividades mensuales, acompañada de otro maestro, y la puerta se abrió, escuchándose como se jalaba la manigueta.
"Juanito jugaba con las puertas de las oficinas, las tocaba fuerte para entrar. Es por ello, que cuando se abren y cierran, se piensa que anda buscando a quien hacerle bromas o platicar. No nos da miedo, bueno hay uno que otro compañero que en ocasiones enciende una veladora, porque al menos Dorita es más cuidadosa tratando de no asustarnos", expresó Lorena.
El compañero maestro casi sale corriendo de la oficina de la maestra Lorena, ella solo sonrió y dijo ¡Es Juanito, no se asuste!