El hospital naturista de Ciudad Madero, ubicado en playa Miramar, donde muy pronto llegarán las tortugas, hacia la zona norte de este centro turístico, inició actividades en marzo de 1984 bajo el nombre de "Centro de rehabilitación Juan Álvarez Díaz", su finalidad era brindar atención a trabajadores del sindicato de Petróleos Mexicanos (PEMEX), así como al público en general.
Se trataba de un hospital único en la región y Latinoamérica, con la mejor tecnología y médicos de renombre de diversas especialidades, como fisioterapeutas; sin embargo, 5 años después de su apertura tuvo que cerrar debido a las situaciones sindicales con el exlíder sindical.
Debido a esto, el hospital cerró sus puertas y se volvió en muy poco tiempo un nido para delincuentes e incluso como un centro utilizado para la realización de trabajos de hechicería pues en sus paredes se puede ver la pinta de pentagramas con sangre.
De acuerdo con relatos de testigos que han visitado el lugar señalan que también es un cementerio de animales muertos que son sacrificados en el lugar como parte de la magia negra que ahí se practica para desatar situaciones paranormales.
Miguel Ángel Hernández Zapata, historiador y creador de contenido de la página Historias del Puerto, explicó que la infraestructura e idea fue creada por Joaquín Hernández Galicia, quien deseaba que los trabajadores, e incluso los jubilados y sus familias, tuvieran un lugar de esparcimiento.
El hospital fue construido a un costado del Centro Recreativo en playa Miramar; se inauguró el 30 de septiembre de 1983, con una inversión de 150 millones de pesos en materiales, y contaba con 100 habitaciones que semejaban un hotel.
La prescripción médica que ahí se brindaba era totalmente naturista, tratamientos de nutrición, dietas, gimnasia reductiva, alberca con agua fría, equipo de hidromasaje y muchos más.
Trabajadores, que en su momento tuvieron acceso a ese lugar, mencionan que todo el equipo adquirido se echó a perder con el tiempo.
Después de haber sido planeado para un fin que trajera comodidad a los trabajadores con una vista única al mar, ahora alberga miles de leyendas urbanas.