Visitar el municipio de Soto la Marina, en Tamaulipas, es conocer muchas leyendas, como la de "La planchada", pero la que más ha llamado la atención es la conocida como la Casa Embrujada de Soto Marina, ubicada en la calle con el mismo nombre, muy cercana a una escuela de la localidad y en donde más de uno ha señalado que el simple hecho de pasar por enfrente causa pavor, al grado de poner chinita la piel.
De las cuatro paredes que albergan este lugar, aseguran los pobladores que se alojan espíritus malos, y por las noches hay quien refiere que los ruidos alcanzan a escucharse a metros de distancia.
En muchas ocasiones se ha intentado habitarla; sin embargo, las cosas paranormales que suceden en el lugar, siempre terminan por correr a los inquilinos, pues mencionan que no hay noche sin ruidos extraños, y todos terminan huyendo.
Las personas que la han habitado, platican sus experiencias paranormales en el lugar y relatan que como no tenían baño al interior de la casa, debían salir al jardín y era en ese momento cuando les jalaban los cabellos, cerraban y abrían puertas.
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Otro de los relatos asegura que un albañil, mientras intentaba trabajar, sintió cómo le tocaban la espalda y el hombro, hasta que en una ocasión, experimentó claramente cómo le agarraron la mano y trataron de aventarlo en una zanja que estaba excavando, situación que le hizo sentir temor y salir huyendo.
Según la leyenda, desde generaciones atrás se sabía que el lugar estaba embrujado, pues el albañil, menciona que su abuelo le contaba las cosas extrañas que ahí siempre pasaban.
Antes de su construcción, hubo un cementerio, por lo que los ruidos y todo lo paranormal se debía a causa de las almas en pena que quedaron debajo de la construcción.
Además, se dice que hubo foráneos que quisieron habitar la Casa Embrujada de Soto Marina, pero corrieron con la misma suerte de ser espantados, y por ello es que la casona ahora se encuentra descuidada, pues es imposible permanecer en ella.