Luego de vivir cuatro años la enfermedad temible del cáncer, este jueves el pequeño Mateo tocó la campana de la esperanza, entre aplausos de enfermeras, damas voluntarias y médicos, quienes se convirtieron en su familia en el Hospital Carlos Canseco de Tampico.
Ahí, donde fue su segundo hogar, vivió Mateo prácticamente desde que tenía sus dos años de vida. Diagnosticado rabdomiosarcoma -cáncer en el tejido blando-. Durante ese tiempo el niño adquirió una bacteria que le dificulto el tratamiento.
Fue el pasado 6 de enero del 2022, cuando recién cumplió los seis años de edad que tras haber permanecido en vigilancia ya no se le detectaron células cancerígenas. En noviembre del año pasado se sometió a su última quimioterapia.
Este día fue tan lleno de emotividad y felicidad para Mateo, puesto que tocó la campana de la esperanza, debe seguir en vigilancia por cinco años con una consulta mensual sin quimioterapias.