José Calderón Torres, nació en la colonia Arenal, entre 1914 y 1915, fue un trabajador del Gremio Unido de Alijadores y Terrestres, el primer sindicato ubicado en la calle Rivera o Héroes del Cañonero Tampico de la zona centro de Altamira, de ahí, el sobrenombre "Pepito El Terrestre". ¿Lo peculiar? Su gran estatura, pues el tampiqueño medía nada más y nada menos que 2 metros 30 centímetros.
A pesar de su gran altura, sus vecinos del barrio aseguran que era una persona noble, un hombre que no se metía en problemas. Sin embargo, se dice que, en una ocasión unos policías a bordo de una patrulla Volkswagen comenzaron a vacilar, por lo que Pepito volteó a ver a los gendarmes y volteó la unidad policiaca cabe aclarar que no hubo personas lesionadas, pero se convirtió en una vivencia sin igual para los que presenciaron el hecho, tanto así que hasta la fecha se sigue contando la anécdota.
Francisco Ramos Alcocer, historiador de Tampico, comentó que otra de las cosas más impactantes de Pepito es que este tenía las manos tan grandes que abarcaba gran parte de la cabeza de un niño.
"Había un zapatero que hacía especialmente zapatos para Pepito, pues en aquellos años no se vendían porque se salía de los parámetros, el zapatero maldoso los ponía en el mostrador y a la gente que pasaba y los veía les decía que si les quedaran que se los llevara cuando lógicamente a nadie le iban a quedar unos zapatos tan grandes", platicó.
A los nueve años, José Calderón empezó con problemas de acromegalia, una enfermedad que distorsiona el crecimiento. Por lo que Pepito sufrió "el gigantismo" y al ser una persona tan enorme, en uno de los circos que se instalaban en el terreno en donde hoy es la plaza 20-30, le ofrecieron trabajo y con buen salario para hacer una gira por México; sin embargo, no aceptó por no dejar a su madre sola.
Fue en 1956, al cumplir 15 años en Alijadores, cuando Pepito dejó las duras jornadas laborales que le dejaron una enfermedad pulmonar.
Francisco Ramos considera que entre los años 2008- 2009 los políticos "para hacer ruido" instalaron una estatua sobre la calle peatonal Díaz Mirón en la Plaza de Armas, sentado en una banca con una pequeña reseña de la historia de Pepito.
"Quisieron hacer ruido, generar noticia y escogieron a Pepito El Terrestre, le hicieron una fiesta, develaron una placa y ahí sigue en su memoria. Asimismo, rehabilitaron su tumba en el panteón municipal en la Avenida Hidalgo", citó.
Es un caso curioso que Pepito El Terrestre se encuentre sobre la calle principal del panteón, casi entrando al camposanto "es considerado como una figura pública, como parte de la identidad de Tampico... Pepito, el hombre más grande Tamaulipas".
Actualmente más que un personaje, ya es una leyenda Pepito El Terrestre de Tampico, incluso ya se busca en redes sociales y el buscador de Google y aparece como un hombre de los más grandes de México.