Rumbo al 2024

RUMBO AL 2024

La diseñadora y activista mexicana de la moda Carla Fernández, apoya a Claudia Sheinbaum

Afirma que la aspirante morenista es una tejedora, escucha, piensa y actúa con el corazón.

La diseñadora mexicanista Carla Fernández se declara a favor de Sheinbaum, "es una tejedora" afirmó.Créditos: Especial
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La diseñadora mexicana Carla Fernández publicó un mensaje en redes sociales, con el que da su respaldo a la aspirante a coordinadora nacional de los Comités de Defensa de la Cuarta Transformación, Claudia sheinbaum.

La reconocida artista mexicana del textil, defensora y procuradora de las tradiciones nacionales, se refiere a la política tlalpeña como "una tejedora que invita siempre a tejer con ella".

"A mí me emocionan profundamente los centros que se llaman Pilares, que son estos estos centros donde se difunde el pensamiento, el arte y el deporte"

Crédito: Especial, con imágenes de X-@carlafdesign

Califica como maravilloso que cuatrocientas mil personas en esta ciudad tengan la posibilidad de "acceder a este tipo de actividades en una convivencia"; y asegura que este tipo de circunstancias, están directamente relacionadas con las características que siempre han distinguido a la ex mandataria capitalina,

"Ella siempre se detiene a escuchar, después a pensar y ese pensamiento siempre pasa por el corazón sin olvidarse que tiene que salir por las manos", afirmó

Asegura que "Claudia es una mujer de acción" y dice estar "emocionadísima de saber que está ahí y de todas las posibilidades que vienen a futuro".

Carla Fernández

Carla Fernández es una diseñadora de modas mexicana cuyo trabajo ha recorrido pasarelas nacionales e internacionales con la característica de basar sus diseños en la riqueza geométrica y textil de México.

Crédito: Especial, con imágenes de X-@carlafdesign

Escribió un “Manifiesto de la moda en resistencia”, conformado por un decálogo que define las características y expectativas que tiene con sus creaciones, cuyo texto inicia con una declaración:

“Un día nos despertamos y nos dimos cuenta de que nos tiene sin cuidado lo que pase en París. Hacemos lo que nos dijeron que no hiciéramos. Nuestro proceder les parece suicida a las escuelas de negocios: Nuestras prendas huelen a humo, se tejen y bordan junto al anafre. Hacemos poquito y vamos lento. Somos como los chapulines de la milpa, pequeñitas pero bien ruidosas. Trabajamos en un país en el que se hablan 68 lenguas diferentes. Nuestra lengua franca es el textil”