Por primera vez en dos décadas, los arenales de Playa del Carmen no vibrarán este noviembre con los acordes del Riviera Maya Jazz Festival, este icónico evento, que durante 20 años llenó de música y cultura al destino, hace una pausa estratégica, sin embargo, lejos de ser el final, este cambio marca el inicio de una evolución hacia un concepto más amplio y ambicioso.
El festival nació hace 20 años como una iniciativa para atraer turistas durante el fin de semana de Thanksgiving, una temporada tradicionalmente de baja ocupación en la región, con el tiempo, logró consolidarse como un referente cultural, presentando a artistas de talla internacional como George Benson y Marcus Miller.
Sin embargo, las dinámicas han cambiado y de acuerdo a Andrés Martínez, Director del Consejo de Promoción Turística del Caribe Mexicano (CPTQ), actualmente noviembre es una temporada con una ocupación hotelera mucho más sólida, lo que llevó a los organizadores a replantear el propósito del festival.
Tras celebrar su edición número 20 el año pasado, se decidió no cancelar el evento, sino transformarlo en el Mexican Caribbean Music Fest. Este nuevo formato amplía su enfoque musical, integrando géneros más diversos y abriendo las puertas a un público más amplio, su objetivo principal es incentivar el turismo en temporadas bajas, como el mes de mayo.
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La primera edición de este renovado festival se realizará en Playa del Carmen, manteniendo la conexión con su historia, sin embargo, el plan a largo plazo es convertirlo en un evento itinerante que recorra distintos destinos del Caribe Mexicano, promoviendo la derrama económica y destacando la diversidad cultural del estado.
El Mexican Caribbean Music Fest busca ser un referente musical, combinando talentos internacionales y nacionales que atraigan tanto a mercados norteamericanos como mexicanos, aunque aún no se han revelado los detalles del cartel y las fechas, el anuncio oficial se espera próximamente.
Esta evolución del Riviera Maya Jazz Festival no solo responde a las necesidades turísticas actuales, sino también a la demanda de experiencias innovadoras por parte del público. Así, el festival renace como un evento más inclusivo y dinámico, listo para escribir un nuevo capítulo en la rica historia cultural del Caribe Mexicano.