La cultura maya tiene una fuerte presencia en el municipio de Felipe Carrillo Puerto. Esta región es considerada cuna de esta importante cultura en Quintana Roo ya que alberga una gran cantidad de tradiciones, arte y patrimonio, los pobladores de esta zona ubicada en la parte sur del estado se consideraN una parte esencial de la identidad cultural de la región.
Los habitantes de Felipe Carrillo Puerto saben la importancia de preservar esta cultura milenaria y trabajan para transmitirla a las generaciones más jóvenes a través de programas educativos y actividades comunitarias, ya que esto puede beneficiarlos atrayendo más el turismo.
X-pichil es un pequeño poblado que forma parte de este municipio; con poco más de mil habitantes, artesanos locales crean hermosas piezas de cerámica, tejidos y bordados que reflejan la tradición y la habilidad de herencia maya.
Bordadoras de X-pichil
La calidad de las artesanías de esta pequeña comunidad ha sido reconocida y aún más la de los bordados que embellecen los ternos, hipiles, guayaberas y vestidos que elaboran de manera tradicional. Estos bordados son conocidos por sus patrones geométricos y por el uso de colores brillantes y vivos.
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A pesar de que la tradición de los bordados se remonta siglos atrás, esta técnica ha visto un resurgimiento en las últimas décadas gracias a los esfuerzos de los artesanos y diseñadores locales para preservar y difundir esta forma de arte. Estos bordados han sido reconocidos por su valor cultural y han ganado popularidad tanto en México como en otros países.
La comercialización de este tipo de productos es una forma importante de difundir el arte y una fuente de ingresos para muchas comunidades indígenas en México. Afortunadamente, para estas tejedoras, la belleza de sus trabajos han atraído la atención de diseñadores y empresas internacionales que buscan colaborar con ellas.
Instaladas en casas con el estilo tradicional de la región, Túumben Meyaj, Chack Niikte, Chuy Káb, Lol Ha, Lol Chuy, Loól Nicté y Loól Pich, son los grupos conformados por al menos 100 mujeres quienes crean estos hermosos diseños con técnicas tradicionales como lo es el Xook Bi Chuy (hilo contado).
La pandemia y las bordadoras
Sin duda alguna, la pandemia ocasionada por la COVID-19 paralizó la economía mundial y para estas comunidades que sobreviven gracias al turismo que las visita fue un golpe aún más fuerte debido a las restricciones de movilidad.
Aunque todo el panorama era adverso, los artesanos, haciendo uso de su creatividad, aprovecharon no solo para seguir vendiendo sus productos si no para expandir su mercado gracias a las redes sociales y, además, innovando con la creación de los cubrebocas bordados a mano.
No cabe duda que las bordadoras y artesanos han trabajado arduamente para preservar y difundir esta tradición pese a los desafíos que les ha tocado enfrentar, y han creado una variedad de productos hermosos y únicos en el proceso.
Con su creatividad y perseverancia, los pobladores de esta comunidad están asegurando que los bordados X-pichil sigan siendo una parte vibrante de la cultura maya por muchos años más.