A lo largo de la historia de los Juegos Olímpicos, México ha logrado, hasta la fecha, ser acreedor de 75 galardones dentro de este evento mundial, siendo París 1900 la primera sede en ver la obtención de una medalla por atletas mexicanos: los hermanos Escandón y Barrón, junto a su compañero de equipo de polo, el estadounidense William Hyden Wrigh.
En pleno inicio del nuevo siglo, Manuel Escandón Barrón, Pablo Escandón Barrón y Eustaquio Escandón Barrón, parte de una importante familia del porfiriato, junto al referido William Hyden, obtuvieron la presea de bronce en la disciplina de polo, al quedar en tercer lugar de la competición; sin embargo, esta no sería oficialmente reconocida hasta después de dos décadas, justo cuando se fundó el Comité Olímpico Mexicano en 1923.
Dichos Juegos Olímpicos fueron los segundos de la era moderna y México obtuvo el lugar número doce en el medallero, el cual fue encabezado por el anfitrión Francia, seguido por Estados Unidos y Reino Unido.
¿Quiénes eran los hermanos Escandón y Barrón?
La familia Escandón y Barrón tenía negocios importantes en el continente europeo y también formó parte de la minoría de personas con poder dentro del porfiriato, siendo Pablo el más reconocido de los 3 hermanos al llegar a ser traductor de Porfirio Diaz; posteriormente, logró ser gobernador del Estado de Morelos.
A pesar de su destacada participación en París, Manuel Escandón Barrón y Eustaquio Escandón Barrón decidieron mantener un perfil más discreto que el de su hermano, que se codeaba con la crema y nata de la clase política porfiriana.
¿Qué fue de Pablo Escandón y Barrón?
Al estallar la Revolución Mexicana en 1910, Pablo abandonó la gubernatura de Morelos y se dirigió hacia Estados Unidos; tiempo después volvió a México para respaldar el nuevo gobierno de Victoriano Huerta, sin embargo, las cosas cambiarían de nuevo tras su derrocamiento por parte de las fuerzas carrancistas y villistas, por lo que Escandón y Barrón se exiliaría una vez más.
Pablo regresó a México en 1920 para vivir unos cuantos años y fallecer en la capital del país el 31 de marzo de 1926.
Sin que los hermanos Escandón y Barrón lo supieran, ellos marcaron un antes y un después para México en la historia de los Juegos Olímpicos al dejar los cimientos para nuevas medallas y marcar el camino para futuras generaciones.