La Selección Mexicana y el Club de Fútbol Monterrey jugaron en la semana partidos cruciales para su permanencia en los respectivos torneos en los que participan, Copa Oro y Mundial de Clubes respectivamente, con resultados distintos, victoria y derrota, pero que dejan una sensación contraria al resultado de cada encuentro. El marco de cada uno de los encuentros es completamente distinto; mientras el seleccionado mexicano juega la vigésima octava edición del torneo de CONCACAF, en la que ha salido campeón doce veces y de donde no se ha perdido ninguna cita desde que la competencia tiene un nuevo formato, a partir de 1991; el Mundial de Clubes es la novedad, grandes clubes y jugadores están disputando una competencia que ha resultado buena, ha tenido sorpresas y tiene a los ojos de casi todo el mundo futbolístico, si hay algún tema negativo tiene que ver con la asistencia a los estadios, hay partidos que, por más atractivos que parezcan no han logrado llenar las tribunas; Rayados, ya eliminado, puso en un buen lugar su proyecto como club y no dejó mal parado al fútbol mexicano.
Monterrey murió en la raya; dos goles de Borussia Dortmund temprano en el partido prendieron las alarmas, daba la sensación que se perfilaba una goleada en octavos de final, pero Rayados logró equilibrar el encuentro, desarmó del balón al equipo alemán y tuvo un par de oportunidades con cierta claridad para poner, por lo menos, otra anotación a su favor. Los porteros europeos demostraron su calidad frente a equipos mexicanos, Courtois contra Pachuca atajó todo lo que le mandó de manera directa la delantera hidalguense, mientras que Gregor Kobel, arquero suizo de Borussia Dortmund, hizo un par de atajadas que mantuvieron la ventaja del equipo alemán, un tiro muy potente de Nelson Deossa y la jugada en la que Jesús Corona reclama un penal en su contra, que pareció más su falla que acierto del arquero. Un gol en fuera de lugar, bien marcado, y un remate de Sergio Ramos que pasó muy cerca del ángulo fueron un par de jugadas más con las que Monterrey parecía someter al desconcertado rival europeo, subcampeón de la pasada Champions League. Da la sensación que las modificaciones pudieron haberse dado antes, el cuadro titular estaba agotado por el esfuerzo y las sustituciones parecían necesarias para refrescar y poder mantener el asedio, pero estas llegaron al minuto ochenta, con muy poco tiempo para aportar.
La Copa Oro, que también se juega en Estados Unidos, tendrá como final por octava ocasión desde 1991, el enfrentamiento entre Estados Unidos y México. Los dos conjuntos han tomado con distintas perspectivas; mientras Estados Unidos llegó al torneo sin varias de sus figuras, incluyendo a Pulisic y a los que participan con sus equipos, europeos, en el Mundial de Clubes, viéndose en la obligación de convocar a jóvenes para sustituirles, México ha convocado a todo lo mejor con lo que cuenta. El equipo estadounidense tuvo una fase de grupos sin complicaciones, en la que solamente recibió un gol; los cuartos de final subieron la complejidad con un empate en el tiempo reglamentario que derivó en decidir el triunfo en la tanda de penales. La victoria en semifinales sobre Guatemala, se fue complicando conforme se acercaba el final del encuentro, pero al equipo que dirige Luis Fernando Tena, no le alcanzó el tiempo. La Selección Mexicana ha dejado mucho qué desear, las victorias no han sido suficientes para saciar las críticas que le rodean por el desempeño en la fase de grupos; México gana, pero no convence.
Monterrey se fue del Mundial de Clubes dejando satisfechos a propios y extraños, al final, la diferencia de presupuestos en los equipos que participan en esta competencia es abismal; aún siendo Rayados un equipo de alto valor económico en la liga mexicana, se encontraba entre los dos con menos valor entre los clubes que llegaron a octavos de final, solamente Borussia Dortmund le supera por 400 millones de euros, pero Real Madrid le supera al propio equipo alemán cerca de los mil millones de euros, para dimensionar un poco las enormes diferencias entre los participantes. La Selección Mexicana teniendo unas ventajas económicas superiores a las de la mayoría de selecciones de CONCACAF, no ha logrado tener una Copa Oro brillante; la final contra Estados Unidos sugiere un partido en el que México debe poner mucho más de lo que ha mostrado en Copa Oro, no parece una tarea sencilla.