No es lo mismo unir que unificar.
-Florestán.
Mañana empezarán a correr los últimos cien días de gobierno del presidente López Obrador, lapso que, reitero, no se puede medir en meses, semanas ni días, sino en decisiones, anuncios y decretos.
Porque, reitero, todavía no hemos visto todo.
Debo apuntar que en la que ha sido la reconstrucción de una presidencia imperial pocas veces ha engañado y que, siendo imprevisible, en sus decisiones más importantes ha sido transparente.
Anunció que iba a cancelar el NAIM y lo canceló; que iba a construir el AIFA y lo construyó; que haría el Tren Maya y hasta lo amplió y ha costado el triple de los 150 mil millones de pesos originales; que haría la refinería de Dos Bocas, y ahí está, aunque haya duplicado el monto y aún no haya refinado un solo litro, y la inauguró; que repartiría más dinero que nadie en sus programas sociales y que la cuarta trasformación había llegado para quedarse, y lo hizo; que Claudia Sheinbaum sería su candidata, y que tendría mayoría calificada en el Congreso, y ya está en San Lázaro y en el Senado está a solo un Alito de conseguirla; que haría la reforma judicial, y ya tiene los votos.
Todo lo anunció, nunca hubo sorpresa alguna, salvo en los 36 millones de votos que recibió la virtual presidenta electa, más de dos a uno sobre la opositora Xóchitl Gálvez.
Pero no todo fue así: aseguró que bajaría la criminalidad y ayer sumaban 189 mil 855 homicidios dolosos; del mejor sistema de salud del mundo, ni hablar, el INSABI fue un fracaso hay cincuenta millones de mexicanos sin seguridad social; el criminal manejo de la pandemia dejó 800 mil muertos de los que 320 mil deberían estar vivos; hay 50 mil desaparecidos; el Ejército nunca volvió a sus cuarteles, ayer dijo que sin las fuerzas armadas no hubiera podido, lo que es cierto; la corrupción no terminó, tampoco saneó a Pemex, redujo la producción de petróleo y la gasolina está 150 por ciento más cara de los diez pesos por litro que habló.
Pero aún y con este lastre, pasó el referéndum que anunció el 2 de junio y la cuarta transformación va, irá, con Claudia Sheinbaum pero, insisto, con su personal estilo de gobernar.
RETALES
FINCA.- AMLO ya había dicho que si su presidenta se lo pedía, volvería de Palenque. Ayer declaró que Beatriz, su esposa, no se irá a la finca y que él vendrá a verla, pero no en avión porque no quiere ir a los aeropuertos. Pues solo le quedará la carretera o que algún amigo le preste su avión;
MALESTAR.- Fue un arrebato presidencial el que reclamara a la UNAM por el análisis de sus 18 reformas constitucionales. Su ¿Qué se tienen que meter? Es otra expresión que lo retrata; La pregunta sería, ¿Por qué la UNAM no puede opinar?; y
MENSAJE.- Claudia Sheinbum habló claro y fuente a los próximos legisladores,. Espero que la entiendan, y quién tomará el liderazgo del movimiento.
Nos venos mañana, pero en privado.